En términos generales, la arquitectura popular onubense y sobre todo la residencial, responde a un esquema de construcción resuelta por medio de recursos económicos limitados, utilizando materiales de proximidad, de escaso valor.
LOS ORÍGENES
Aunque el origen de la ciudad de Huelva es milenario, remontándose a las culturas prerromanas, la ciudad que hoy conocemos se construye principalmente desde el último tercio del siglo XIX. Los primeros asentamientos estables surgen en lo alto de los cabezos, mientras que en las zonas bajas se desarrolla la vida marinera.
La vivienda más antigua que se conserva en la ciudad data aproximadamente del siglo XV y se sitúa en la calle Berdigón (sí, con b), nº14. Como el propio nombre de la calle indica, es una típica vivienda de mariscadores con una fachada austera y encalada en color blanco. En la parte trasera, el suelo empedrado era usado por los marineros para la subida de los barcos desde los caños donde se recogía el verdigón, como se llama en Huelva a los berberechos.
EL DÍA QUE LA TIERRA TEMBLÓ
El 1 de noviembre de 1755 la tierra tembló y en consecuencia la costa de Huelva se vio gravemente afectada. Hubo un centenar de muertos, principalmente ahogados en las playas. El terremoto, el maremoto y los incendios que le siguieron provocaron una renovación del caserío, además de acometerse importantes actuaciones en la iglesia de San Pedro y la Merced.
LA ERA INDUSTRIAL
En el último tercio del siglo XIX, Huelva sufre una transformación urbana, económica y social a partir de la llegada de compañías extranjeras de explotación del mineral y el desarrollo de su puerto.
El cambio de un modelo pesquero a otro industrial lleva consigo un aumento considerable de población y la entrada de extranjeros en la ciudad. Dejaremos a un lado la arquitectura que trajeron a Huelva esos extranjeros ya que, aún siendo de suma importancia, son elementos aislados y no se integraron en demasía con la sociedad local.
Huelva crece desde el centro hacia las nuevas barriadas del Matadero y las Colonias y lo hace sin control y sin ningún tipo de planeamiento urbano. Prevalecía el interés por construcciones rápidas y baratas de ejecutar.
LAS VIVIENDAS POPULARES
En términos generales, las viviendas tradicionales de la ciudad, son edificaciones que se suelen desarrollar en dos plantas con huecos verticales, correspondiéndose los huecos de planta alta con los de planta baja. Los huecos se enmarcan entre pilastras de ladrillo visto, como los que podemos observar en los números del 1 al 20 de la calle Rábida, una de las primeras promociones de viviendas, consecuencia de la presión demográfica antes mencionada. Sus fachadas arrancan de un zócalo de ladrillo visto que da paso a un modesto acabado de enfoscado terminado con pintura blanca. Los huecos superiores se rematan con balcones recercados también con ladrillo. En viviendas dedicadas a familias con más alto poder adquisitivo, en la planta alta aparecen cierros de hierro forjado y cristaleras voladas.
Un buen ejemplo de la arquitectura tradicional de principios del s.XX es la “casa del guarda” de la antigua hacienda La Orden, hoy sede de la peña flamenca. Es una edificación sobre zócalo de ladrillo visto del que parten los huecos de proporción vertical rebajados e igualmente remarcados en ladrillo visto. Las esquinas se remarcan con pilastras de ladrillo y se remata el conjunto con un pretil también enmarcado en ladrillo visto que, al igual que ocurría en la calle Rábida oculta las pendientes de la cubierta inclinada.
Otra característica propia de la arquitectura local onubense son las fachadas que se terminan con un revestimiento continuo de azulejos. Éstos pueden ser azulejos decorativos, de clara influencia portuguesa, o plaquetas vidriadas achaflanadas que se podía presentar en diversos colores. Sólo hay que darse un paseo por las calles Rico o Vázquez López para ver varios ejemplos de estas fachadas.