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LA PLAZA DE LA IGLESIA DE MOGUER.
16 mayo, 2023/por Henar
CAN LIS. #VISITAAHAUS
26 marzo, 2023/por Henar
PARQUES URBANOS
22 febrero, 2023/por Henar
VILLA SAVOYE DE LE CORBUSIER. #VISITAAHAUS
13 diciembre, 2022/por Henar
LA PLAZA DEL PESCADO
23 noviembre, 2022/por Henar
LAS DOS ESCUELAS
8 noviembre, 2022/por Henar
LA CASA DE LA PARRA
27 octubre, 2022/por Henar¿CUÁL ES TU OBRA FAVORITA? 3/3
18 octubre, 2022/por HenarLeer más
NUESTRA PROPUESTA
La propuesta se basa en un estudio histórico de este espacio urbano, analizando y recuperando los elementos que han marcado su carácter y que más se han repetido a lo largo de los diferentes estados en los que se ha encontrado esta zona del municipio.
Los primeros documentos que encontramos de la plaza datan del s.XVI, en los que se puede ver como al espacio que hoy se llama plaza Ntra. Sra. De Montemayor se le denominaba como “Campo de Santa María”. Del mismo modo, a la zona ubicada frente a la entrada principal de la iglesia se le conocía como “Placeta de la Iglesia”.

Aunque hoy en desuso, en la tradición medieval, el término campo estaba muy extendido por toda Europa. El nombre procede de que antiguamente estos espacios eran prados para obtener pastos o terrenos cultivados como huertos, incluso en algunos casos eran utilizados como cementerios.
En muchas ciudades, la vida social, comercial y religiosa giraba alrededor del campo. Sobre los campos gravitaban numerosas actividades cotidianas: el mercado, las tiendas artesanales, las iglesias con sus cementerios, los juegos de los niños y el abastecimiento del agua. Los campos poseían, la mayoría de las veces en el centro, uno o más pozos, que antiguamente eran las únicas fuentes de aprovisionamiento de agua de la ciudad.
Los campos más grandes, debido a su extensión, se convertían a veces en lugar de manifestaciones al aire libre, como ceremonias religiosas, corridas de toros, espectáculos circenses, procesiones, torneos o discursos de grandes predicadores. La progresiva centralización de los servicios de la ciudad empezó a debilitar la función del campo como centro de reunión.



Una de las ideas principales de la propuesta es recuperar el carácter de campo de ese espacio, llevándolo al siglo XXI. Además de esto, otra de las intenciones importantes es la recuperación y puesta en valor del espacio que se encuentra frente a la puerta principal de entrada a la iglesia, o “Puerta del Sol”. La que se conocía como Placeta de la Iglesia, no era más que una zona de carga y descarga, así como lugar de paso de tráfico rodado, y actúaba más como una especie de rotonda para vehículos que como un espacio previo de entrada a un edificio de indudable valor. La intención es devolverle ese carácter de antesala del templo, crear un espacio de reunión que pusiera en valor y enfatizara la entrada principal. Se amplia el pódium existente eliminando la actual escalera y creando una gran escalinata que conecta en todo su perímetro el pódium con la superficie inferior que se encuentra a una altura aproximada de -1,20 m. A su vez, esta escalinata sirve de graderío y elimina esa sensación de desconexión entre ambas cotas, generando una zona mucha más amplia frente a la puerta principal y regalando un nuevo espacio público a la ciudad.

Todo esto se consigue empleando los mismos materiales en ambas superficies, con una base de un granito blanco sobre la que aparecen bandas de granito beige, con un tono muy parecido al de la iglesia, que además responden a las pilastras de la propia fachada y se extienden hasta llegar al encuentro de dicho espacio con las fachadas de las viviendas adyacentes.

Otra de las cuestiones importantes a resolver es la mejora de accesibilidad e integración de todo el entorno de la iglesia.
Repasando la documentación fotográfica de las diferentes décadas se aprecia como la plaza siempre fue mucho más accesible y diáfana, permitiendo un espacio de reunión social. Además, utilizaba los árboles para crear espacios de sombra y descanso.












Si bien nos encontramos con una superficie prácticamente a nivel en la zona norte, conforme bajamos hacia la zona de la puerta principal, la diferencia de cota entre el viario y la plataforma de la plaza llegaba a alcanzar hasta una altura de 1,40 m. Esto, junto con los arriates colocados en los años 80, hacían que se redujera el espacio público utilizable por los peatones y limitara el acceso a la plaza.
En esta actuación se eliminan todas esas barreras arquitectónicas, dotándolo de un carácter peatonal y se relegan a los vehículos a un acceso restringido (residentes, carga y descarga y emergencias).

Se sustituye la fuente central por dos más pequeñas, focalizando la atención sobre la iglesia, y especialmente sobre sus portadas barrocas de ladrillos avitolados. Como hacíamos en el espacio de la puerta principal, volvemos a jugar con un pavimento base de granito blanco y con bandas de granito beige que focalicen la atención sobre la fachada de la iglesia, haciendo protagonista al edificio de este espacio urbano.

Respecto a la vegetación, se conservan los naranjos y palmeras existentes, manteniéndolos en su sitio o trasplantando algunos a ubicaciones que coincidan mejor con la nueva ordenación. Además de los naranjos y palmeras, se colocan algunos árboles de mayor porte, en lugares estratégicos para proporcionar espacios de sombra y frescor, creando zonas más agradables y vivibles. Sumado a las dos fuentes, de pequeña escala, buscando el placentero sonido del agua al caer.
MATERIALES Y MOBILIARIO
La forma de materializar la propuesta es bastante sencilla, buscando una uniformidad y elegancia en toda la intervención.
Partimos de una superficie base de granito blanco alba en módulo de 45×90 cm sobre el que aparecen el resto de elementos. En primer lugar, las bandas de granito silvestre moreno en formato 45×45 cm, de tono muy parecido al de la fachada restaurada, que se distribuyen siguiendo los ritmos de pilastras de las fachadas de la iglesia y se prolongan hasta encontrarse con las edificaciones que delimitan este espacio urbano.
Las escalinatas-graderío se forman mediante escalones macizos de granito. Los propios bancos surgen del pavimento como bloques de granito macizo (con sección 45×45 cm) y se entremezclan con 6 bancos de fundición de estilo modernista, cuyo origen se vincula a la ciudad de Moguer y que hoy se encuentran en los espacios públicos de medio mundo.

La intervención propone reutilizar todas las farolas, tanto de pie como de pared, existentes en la actualidad en este espacio público. Son de estilo fernandino y enlazan con los bancos de fundición. Existe también una iluminación ambiental para embellecer aún más las fachadas de la iglesia y convertir el espacio público en un verdadero “espacio escénico”.
Se diseñan dos fuentes ornamentales personalizadas para la plaza. Estan construidas en granito en su perímetro, siguiendo el mismo módulo de la solería y los bancos. Y su parte interior, donde está el agua, se acabará mediante azulejos artesanales lacados a mano en color verde botella. Además poseerá un mascarón construido en granito beige desde donde se verterá el agua mediante una pieza cilíndrica de latón.

Tal como se ha indicado, se respeta la vegetación existente, a base de naranjos y palmeras, pero se acompaña con algunas especies que proyecten más sombra colocadas en lugares estratégicos. Además, existen algunos parterres a nivel del suelo siguiendo el mismo módulo, que restan dureza a la plaza y donde se pueden plantar flores de temporada u otra especie de vegetación baja, en clara referencia al espíritu de campo que originó este espacio urbano.

INTEGRACIÓN DE LOS RESTOS ARQUEOLÓGICOS

La torre de la iglesia de Nuestra Señora de la Granada es el único elemento que se conserva de la iglesia que se alzaba en la misma ubicación. Las obras de ejecución de la plaza han sacado a la luz parte de los cimientos del templo mudéjar del siglo XIV que han permitido a los arqueólogos confirmar el trazado de la primitiva iglesia, girada respecto de la actual y que seguía la alineación de la torre, esta última más pequeña y más baja en su etapa mudéjar.
Su relevancia reside en permitirnos conocer el trazado de los muros perimetrales del templo y estimar su escala. La cota y la imposibilidad de lograr una conservación con garantías han llevado a su correcta protección y su posterior tapado. Sin embargo, la huella de lo encontrado se ha trasladado a la plaza mediante el trazado de una tira de latón empotrada en la solería.

- Dirección Facultativa: Ayuntamiento de Moguer
- Finalización de obra: 2023
- Superficie construida: 3.000 m2
- Constructora: Moguer LOYGO Construcciones SLU
- Materiales: Granitos Euro-roca, mobiliario urbano Benito
- Situación: Moguer (Huelva)
CAN LIS. #VISITAAHAUS
¿Quién dice que marzo no es buena época para visitar las islas Baleares? Lejos del bullicio veraniego, es el momento perfecto para una #VisitaAHAUS
Hemos estado en Mallorca y visitando el sur de la isla, nos acercamos a PortoPetro a tentar a la suerte y pudimos entrar en Can Lis, la de Jorn Utzon y su esposa, donde se trasladaron a vivir después de la (tormentosa) obra de la Ópera de Sidney y que, hoy en día es considerada, una de las viviendas más importantes del siglo XX.

PREPARATIVOS PARA LA VISITA
Realmente no hicimos ningún preparativo para la visita, más allá de Googlear la ubicación y llamar a la puerta. Tuvimos mucha suerte de que tuviera esos días unos arquitectos haciendo una estancia en la casa y nos la enseñaron amablemente.
Pero el canal oficial dice que, si queréis visitar Can Lis, debéis contactar con la Fundación Utzon. Organizan visitas los viernes de verano, la entrada es gratuita y por orden de llegada. Dejan entrar a 25 personas a la vez, durante media hora.
Nosotros pudimos disfrutar de la casa en soledad. Ese rato, sentados en el salón de Can Lis, mirando al horizonte, no se puede describir con palabras.


LA HISTORIA DE CAN LIS
Can Lis (1972), obra de Jørn Utzon en Mallorca, es la casa donde se trasladó a a vivir tras dejar la obra de la Ópera de Sidney en 1966. Se trata de una casa situada en un acantilado frente al mar, cerca de Portopetro.
En un primer momento, la familia Utzon compró un terreno en las montañas (donde hoy en día se sitúa Can Feliz, otra vivienda de Utzon que no se puede visitar), pero las autoridades del momento no le dieron el permiso para construir allí. Por eso, Utzon compró esta parcela en un acantilado cerca de Portopetro.
Décadas después, acosados por las visitas, la familia abandona Can Lis y se traslada a Can Feliz.

LA CASA

Una de las genialidades de Can Lis es la reinterpretación de una casa tradicional mallorquina, la forma de construcción y el uso de materiales locales.
La planta de Can Lis está marcada por el día a día de la familia Utzon. . Jørn Utzon siempre decía que la arquitectura no es su forma externa, sino que es esencialmente el marco que encierra una sucesión de rituales y eventos.
Fue con la ayuda de un constructor local, Jaime Vidal, como de los primeros bocetos de Utzon emergió el diseño final durante la ejecución de las obras.
La fundación Utzon compró Can Lis en 2011 y llevó a cabo una restauración de la Casa para eliminar elementos que no fueran los estrictamente originales y convertirla en el refugio de artistas y arquitectos que es hoy.

El uso de estos huecos abocinados en el salón y los dormitorios le da, a los tres pabellones situados a la izquierda de la entrada un carácter de estancias principales, donde se llevan a cabo los rituales más sagrados de la vida en familia. No los verás en la zona de la cocina, los baños o el patio.
El mobiliario es muy sobrio, casi inexistente.
En general, se respira paz.



“Ser arquitecto significa tener una fantástica profesión. Para mí ha sido un regalo del cielo”. (UTZON)
PARQUES URBANOS
La generación de los parques urbanos suele ser fruto de una labor urbanística “de despacho”. Se deciden qué áreas se desarrollan para residencial, terciarios y equipamientos y cuál es el mejor trazado para los viarios. Para ello se analizan las expectativas de crecimiento demográfico, la ubicación de los hitos que generan los asentamientos poblacionales y muchos factores más que forman parte del urbanismo.
Sin embargo, en ocasiones es la propia orografía, antiguas infraestructuras olvidadas y en desuso o un clamor popular los que generan los nuevos espacios verdes. Así pues, nos vamos a centrar en 3 de esos casos.
Por orden cronológico, y más cercano a nosotros, vamos a hablar del Jardín del Turia en Valencia. Tras la riada de 1957 que causó importantísimos daños materiales y personales en Valencia, se decidió desviar el cauce del Turia al sur de la ciudad, liberando el cauce que atraviesa la ciudad de Oeste a Este.

En aquellos años se plantearon muchas opciones que pasaban en su mayoría por aprovechar ese espacio como gran eje de comunicaciones de la ciudad, con la ejecución de autopistas y otros medios de transporte. Fue el movimiento popular “El cauce del Turia es nuestro y lo queremos verde” el que consiguió revertir los planes y convertirlo en un lugar de ocio y naturaleza.

En la actualidad ocupa 136 ha y está previsto su ampliación hasta las 160,5 ha con la finalización del parque de Desembocadura. Tiene una anchura media de 160 m y cuando se termine el último tramo llegará a los 10 km. Su trazado une la Ciudad de las Artes y las Ciencias con el Bioparc Valencia. Un recorrido lineal que favorece el uso del parque por parte de toda la ciudad.

En su diseño intervinieron varios equipos: Ricardo Bofill diseñó la zona próxima al Palau de la Música con naranjos y palmeras; Vetges Tú-Mediterrania diseñó el tramo desde la Casa del Agua hasta Nuevo Centro, incorporando instalaciones deportivas y fuentes. Por último la Consellería de Agricultura diseñó el “Bosque Urbano”, realizándose con posterioridad el jardín de Gulliver.

Fuera de España, uno de los mayores exponente es la Highline Park de New York que ocupa la antigua infraestructura ferroviaria de la New York Central Railroad que discurre elevada sobre las calles de Nueva York.
Este tren transportaba mercancías entre las fábricas y almacenes del oeste de Manhattan, una zona muy industrializada. Con la llegada de los camiones, el ferrocarril cayó en desuso y las vías fueron abandonadas. En los años 90 la ciudad decidió derribarla para construir pero nuevamente un grupo de vecinos de Chelsea luchó para convertirlas en un parque público.


Su movimiento tuvo éxito y el 2009 se inauguró la High Line Park, con un recorrido de 2,33 km sobre los distritos de Meatpacking District, Chelsea y Hudson Yards. El trazado se acompaña de flores, árboles y exposiciones temporales de arte.

El proyecto fue realizado por un equipo multidisciplinar: James Corner Field Operations, Diller Scofidio+Renfro y Piet Oudolf. En este caso, la actuación de recuperación de las vías ha tenido un efecto secundario en la regeneración de las zonas aledañas a las mismas, que han visto incrementados sus precios.

Por último, tenemos un caso reciente a imagen y semejanza de Nueva York: Camden Highline. Con el objetivo de convertir las vías de ferrocarril en desuso, de nuevo James Corner Field Operations y Piet Oudolf, acompañados, en este caso, del estudio londinense vPPR se vuelcan para materializar este proyecto.
Con una longitud total de 1,2 km comprende tres fases y cada una tendrá un carácter diferente, respondiendo a los distintos barrios y contextos. La idea es generar un corredor de biodiversidad y que ofrezca un servicio comunitario.


La iniciativa comenzó como una campaña de crowdfunding y continúa recaudando fondos y buscando importantes donantes que hagan posible la ejecución del primer tramo que tendrá un coste estimado de 14 millones de libras esterlinas.

Al igual que en Nueva York, se plantarán especies típicas de espacios ferroviarios que se combinarán con especies hortícolas más seleccionadas. Oudolf se ha inspirado en bosques, jardines productivos, praderas y antiguos setos británicos.

Se prevé la inauguración de la fase inicial en 2025.
En AHAUS somos fieles defensores de dar una segunda vida a los edificios; vemos en estos proyectos una gran sensibilidad y concienciación social con nuestro patrimonio sabiendo dotar de utilidad a las infraestructuras abandonadas. La correcta integración de estos proyectos sirve para regenerar los espacios colindantes que en muchos casos eran zonas muy degradadas.
VILLA SAVOYE DE LE CORBUSIER. #VISITAAHAUS
Hemos estado en la Villa Savoye y esto es todo lo que necesitas saber si quieres visitarla.
Hace unos meses, volvimos a hacer una de las cosas que más nos gusta, una #VisitaAhaus. Nos desplazamos a París y dedicamos una mañana a conocer uno de los grandes iconos de la arquitectura del siglo XX: La Villa Savoye de Le Corbusier. Si estás pensando en viajar en las fiestas, te contamos lo que necesitas saber si quieres visitarla: localización, transporte, precio, etc.
PREPARATIVOS PARA LA VISITA
Si estás pensando visitar la casa te recomendamos que lo organices con tiempo ya que, aunque podrías comprar la entrada sobre la marcha, es recomendable tener una reserva con la hora de entrada.
Las entradas se pueden comprar online a través de esta página web. Nosotros las compramos con un par de días antes de la visita, así que no requiere demasiada antelación.
El vídeo explicativo que verás al principio de la visita (en el garaje de la vivienda) tiene el audio en francés, subtitulado al inglés.
Es recomendable contar como mínimo con dos horas para la visita.
LOCALIZACIÓN Y TRANSPORTE: CÓMO IR
La Villa Savoye se encuentra en el numero 82 de la rue de Villiers, en Poissy, una zona residencial, a unos 30 km del centro de París. Tardarás una hora en llegar tanto si decides ir en coche como si usas el transporte público. Como aprovechamos un viaje a París para ir a conocerla, utilizamos el tren de cercanías RER A hasta la estación de Poissy y de allí, fuimos dando un paseo. No es el paseo más bonito del mundo, pero la llegada a la casa merecerá la pena.

PRECIO Y ACCESO A LA CASA
Hay una entrada general sin guía que cuesta unos 8€ y hay una entrada gratuita para menores de 18 años y estudiantes. Es obligatorio el uso de mascarilla en el interior (al menos en el momento de nuestra visita). No hay parking ni tampoco una consigna donde puedas dejar tus pertenencias o maletas durante la visita.
Podrás acceder libremente a la parcela y descansar en la explanada de césped que rodea la vivienda, incluso aunque no tengas entrada o para esperar a que llegue la hora de tu visita.
Está permitido hacer fotos para uso personal durante todo el recorrido. Es más, creemos que no verás a nadie que no esté fotografiando cada rincón de la casa. La mayoría de ellos seguramente serán estudiantes de arquitectura o arquitectos babeando.

HISTORIA DE LA VILLA SAVOYE
Entre 1929 y 1931, Le Corbusier y Pierre Jeanneret construyen esta villa por encargo de los Savoye para que fuera su casa de vacaciones y que acabó convirtiéndose en el manifiesto de los 5 puntos para una nueva arquitectura que son el resumen de su teoría arquitectónica: pilotis, fachada libre, ventanas corridas, planta libre y terraza-jardín.
Durante la II Guerra Mundial la villa fue ocupada y posteriormente abandonada, llegando a un grave estado de conservación. En 1958 pasa a ser propiedad municipal y posteriormente Poissy la cederá al Estado francés para su restauración.
En 2016 la UNESCO la incluyó en la Lista de Patrimonio Mundial junto con otras 16 obras de Le Corbusier.
Le Corbusier escribiría sobre ella “Es una verdadera promenade architectural”. Al entrar “el espectáculo arquitectónico es inmediatamente perceptible; se sigue un recorrido, y las variadas perspectivas se suceden una tras otra; jugamos con la afluencia de la luz, iluminando muros o creando sombras”.
EL EXTERIOR DE LA VILLA SAVOYE
Esta “caja en el aire” como la llamaba su creador se encuentra al fondo de la parcela.
Lo primero que nos encontramos al entrar en la parcela es La Casa del Jardinero, prototipo de una vivienda unifamiliar mínima, diseñada por Le Corbusier para una familia de 3 personas, con el espacio totalmente optimizado con muebles integrados, agua corriente y electricidad (éstas últimas una auténtica modernidad para la época).
No la pudimos visitar por estar en reformas. Aun así, sabemos que tiene 45 m2 e incluye, en planta baja, una pequeña habitación y un lavadero/ducha y, en la planta superior, un dormitorio separado de la cocina por un armario, la sala de estar, un dormitorio individual y un aseo.
Al fondo del camino, la primera impresión de la casa es su fachada sureste. Geométrica y depurada, esta fachada es la encarnación del Movimiento Moderno.

En el lado opuesto, en la fachada noroeste se encuentra la entrada principal. Los pilotis mantienen la primera planta prácticamente suspendida, y su horizontalidad se ve acentuada por la ventana corrida. Los muros de la última planta son semiesféricos, así el arquitecto dinamiza su fachada y le da un carácter único.

LA VILLA POR ESTANCIAS
El camino de grava, bordeado de rosales, servía para la entrada de coches de la familia Savoye y será el que nos conduzca a la vivienda. La planta baja se curva para facilitar el giro de los vehículos.
La visita interior comienza desde la entrada principal. Una mampara vidriada ilumina el hall. El vestíbulo, muy luminoso, es el propio de una casa burguesa, con una puerta doble para los propietarios y visitas y una simple puerta lateral para el servicio cerca de la escalera.

A la derecha de la entrada principal se sitúa un pequeño mostrador para enseñar el ticket con la entrada. Por una pequeña puerta te guiarán hacia el garaje para ver el video introductorio de la visita. El garaje, ahora vacío, podía recibir tres coches aparcados en espiga. Ciertamente no es el mejor lugar para empezar la visita, porque distorsiona la experiencia del paseo arquitectónico buscado por Le Corbusier con su diseño.

El resto de la planta baja lo ocupan dos habitaciones para el servicio, equipadas cada una con lavabo y radiador; el lavadero con dos grandes pilas de hormigón en bruto, y el estudio del chófer que incluía, además del dormitorio, un baño y una sala de estar en relación con el garaje.
Es sorprendente la luz que tiene el lavadero, con un gran ventanal hacia el suereste, que funciona también como un jardín de invierno. El estudio del chófer no se puede visitar.

De vuelta al vestíbulo encontramos los dos elementos principales que nos acompañarán durante toda la visita: la escalera de caracol y la rampa.
La escalera es del tipo de caracol y conecta todas las plantas de la vivienda. Su uso estaba reservado al servicio de la casa pero Le Corbusier en lugar de esconderla, la destaca, como si fuera una escultura de hormigón armado.

La rampa, reservada para los Savoye y sus invitados, es el alma de la vivienda, es lo que te permite deambular mientras asciendes. Libera la mirada del visitante y permite disfrutar de los puntos de vista sobre los volúmenes y los juegos de la luz. También podrás pararte a ver el escaso cariño en su conservación (ay!).
La rampa te conducirá a la zona noble de la planta primera y a las terrazas de la cubierta.
El salón de la villa Savoye sorprende por sus 86 m2. Tiene un gran ventanal corredero orientado al sureste que da a la terraza-jardín y sus paredes son de colores. Le Corbusier creía firmemente que los colores afectaban al estado de ánimo de los usuarios y ayudaban a crear atmósferas. Aunque hoy visitamos la vivienda sin muebles añadidos, tal y como el arquitecto la entregó a sus propietarios y en el salón sólo vemos la chimenea, sabemos que los Savoye colocaron el comedor cerca de la pared azul y el salón junto a la pared rosa.





Junto al salón se dispone la cocina, a la que se accede a través de la despensa y que está equipada con alacenas y pasaplatos. Da la sensación, por el alicatado blanco de las encimeras y muebles, de ser un laboratorio y no es el único principio higiénico de la casa.
En la fachada opuesta, y con la misma orientación que el ventanal del salón, se dispone el dormitorio principal y el del hijo.

El dormitorio principal ocupa una zona de 60 m2 y está formado por una entrada, el baño, la zona del dormitorio y pequeño despacho (o boudoir) con una mesa ingrada bajo la ventana y vistas hacia la terraza-jardín. La posición de la cama está “sugerida” por dos pilares que estarían enmarcando el cabecero y el baño es de inspiración oriental y solo se separa de la habitación por una cortina. El diván alicatado, que es la pieza que llama más la atención del baño, recuerda a la butaca LC4 diseñada por Le Corbusier, Charlotte Perriand y Pierre Jeanneret.


El dormitorio para el hijo de los Savoye, tiene un espacio para dormir, un baño con dos puertas (para que accediera tanto él como sus amigos) y una zona de estudio con una mesa de hormigón. El espacio es estrecho, pero la luz es magnífica y me habría quedado a vivir allí. Estuvimos mucho tiempo ahí, lo reconozco.





Existe un tercer dormitorio para invitados, con un armario integrado y que separa el suelo de parquet del dormitorio del baño alicatado. Los baños se iluminan cenitalmente a través de lucernarios que nos encotraremos más adelante en la cubierta.
LOS ESPACIOS EXTERIORES
Junto al final de la rampa que nos conduce a la planta primera hay una puerta que nos conduce de la terraza-jardín. Es un jardín en azotea que tiene una parte cubierta (protegida del viento y de la lluvia) y otra al aire libre, con una mesa como mobiliario integrado.
Las aberturas rectangulares de los muros perimetrales, continuación de las ventanas corridas, enmarcan las vistas al paisaje.
Dos jardineras de hormigón ocultan los lucernarios del garaje y aportan verdor al jardín. En teoría, la junta entre el pavimento debería servir para que creciera el verde pero, en la época de nuestra visita, ese efecto no se conseguía.
La rampa y la escalera continúan su ascenso hasta la segunda planta o solárium. Se podría decir que su arquitectura recuerda el estilo aerodinámico (estilo derivado del art decó y que incorpora elementos náuticos como ojos de buey, barandas, etc.). Los muros que sirven para cortar el viento, recuerdan chimeneas de barcos.

El hueco en el muro, en el eje de la rampa, es la conclusión de la promenade que ofrece, como un cuadro, la contemplación del espectáculo en el valle del Sena.

CURIOSIDADES Y RECOMENDACIONES FINALES
Villa Savoye es la última de la serie de doce villas puristas creadas por Le Corbusier entre 1922 y 1931. Encarna lo esencial de su pensamiento sobre la arquitectura moderna: ausencia de ornamentos, formas geométricas y el uso del hormigón armado y el vidrio.
¿Sabías que además de no esconder la escalera de servicio, Le Corbusier colocó un lavabo de pie en el vestíbulo de la vivienda? Los principios higiénicos van de la mano de la arquitectura moderna. Está solo, de pie, como una escultura. Es una ubicación radical, ya que no se encuentra en una estancia sanitaria, sino en la entrada, el espacio donde se recibe a los visitantes.
Aunque en la versión de proyecto, el lavabo estaba un poco más oculto, en la versión construida, el lavabo se ubica alineado con los pilares centrales que bordean la rampa mientras que la escalera ocupa su antiguo emplazamiento. Este objeto industrial adquiere un estatus casi religioso, como una fuente de agua sagrada, convirtiéndose en paso obligado al principio del recorrido de la villa. El paso de la pandemia de la Covid-19 por nuestras vidas le dan una nueva dimensión a este lavabo en la entrada de una vivienda.

Villa Savoye es una verdadera joya y tras la visita entiendes por qué es tan especial. Su diseño sigue resultando completamente actual a pesar de sus casi 100 años de vida.


LA PLAZA DEL PESCADO
El centro histórico de Moguer es Conjunto Histórico y Sitio Histórico por pertenecer a los Lugares Colombinos. Dentro de la Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible Integrado “Moguer 2020” (EDUSI), el Ayuntamiento de Moguer pretende llevar a cabo la recuperación del antiguo Mercado de Abastos y su entorno inmediato, regenerando el tejido urbano y revitalizando el mercado municipal y aledaños.


EL MERCADO Y SU ENTORNO
El mercado municipal es un edifico de dos plantas edificado aproximadamente en 1960. Anexo a él, se alza el edificio de las cámaras frigoríficas, una construcción de una planta que pudiera ser del s. XIX.
Este conjunto edificado, pese a su céntrica localización, genera en su entorno un espacio degradado debido a su inadecuada integración en la trama y el paisaje urbanos. Ocupa una apertura de la manzana donde se asienta el ayuntamiento, apertura efectuada por la calle Diego Lozano que deja espacios marginales que habría que adecuar e incorporar a la actuación de regeneración urbana necesaria.
El ámbito de la presente actuación, incardinada en un proyecto de intervención global del entorno, sería el actual conjunto edificado formado por el edificio de mercado y las cámaras adyacentes. Posteriormente se intervendrá en su entorno inmediato: la calle y plazoleta de Diego Lozano, desde la calle Obispo Infante a la calle Mercado, y su zona de influencia en calle Mercado.

EL MERCADO HOY
El actual mercado y las cámaras frigoríficas se sitúan sobre un solar con una superficie de 597 m². El Mercado se desarrolla en dos plantas y una azotea no transitable. El edificio de cámaras frigoríficas se desarrolla en una sola planta de altura y se encuentra anexado al edificio principal de mercado.
Ligado al espacio del mercado está el tramo colindante de la calle Mercado y la calle/plazuela de Diego Lozano, espacios que se integrarán funcionalmente con la actuación y que supone otros 700 m².

El edificio del mercado dispone de dos plantas; la planta baja se dedica a mercado mientras que la planta alta se destina a asociaciones. Sobre esta segunda planta aparece un gran volumen central con lucernario a dos aguas, alrededor de este volumen aparece también una terraza perimetral no transitable al aire libre. Esta planta se podría entender como una tercera planta construida dado el impacto visual que genera.


REGENERACIÓN URBANA
Con este proyecto se pretende recuperar un área residencial degradada y revitalizarla con actividades económicas y dotacionales adecuadas a las necesidades actuales.
Se plantea una remodelación urbana que mejore las relaciones de la edificación con su entorno, mediante la rehabilitación integral del conjunto de la edificación constituida por el mercado y las cámaras y la nueva ordenación de los espacios colindantes de las calles Mercado y Diego Lozano. Se mantienen las alineaciones existentes y la altura máxima que es de dos plantas con salida a una terraza con castillete de acceso e instalaciones.
Se propone el vaciado de ambos edificios (mercado y cámaras) y la reconstrucción en su interior de un nuevo edificio de dos plantas más terraza, que dará respuesta al programa funcional y a su integración con el entorno, al diferente carácter de los dos inmuebles que ocupa (mercado de s. XX y cámaras del s. XIX) y al contacto o proximidad con los edificios inmediatos.



La dificultad de la intervención radica en la necesidad de conservar, mejorar y potenciar las bondades del sistema constructivo utilizado, su organización espacial y su lenguaje urbano. Para ello se redistribuyen los metros actuales de forma que se pueda elevar una planta las edificaciones de borde que conectan con la trama urbana circundante, alineando las alturas en la calle Mercado y la plazuela de Diego Lozano.


Así se consigue liberar la cubierta y mejorar las vistas de la Torre, recuperando un espacio secundario y convirtiéndolo en la culminación de los usos del edificio.
EL NUEVO MERCADO
La propuesta busca potenciar el orden estructural y espacial original transmitido a través de cuatro “torres” en las esquinas, conectadas por huecos alargados horizontalmente. Se acentúan aún más esas “torres”, elevando los dos volúmenes extremos una planta y transformando los huecos horizontales en verticales de mayor superficie, para mejorar la iluminación y ventilación interior, y conectando los espacios interiores y exteriores, recuperando el espíritu de espacio abierto del antiguo mercado que existía antes de la construcción del actual. Se trataba de un espacio cubierto con estructura metálica pero abierto en todo su perímetro.


Exteriormente el edifico se mostrará enfoscado y pintado en color blanco, con zócalos de piedra caliza, creando una fachada uniforme y acorde con el entorno. Se colocarán carpinterías en tonos oscuros y sin cerrajería exterior.
El interior irá acabado con materiales y terminaciones en colores claros, que provoque un espacio neutro e iluminado en el que serán los propios productos del mercado, las personas y el mobiliario los que aporten color al edificio. Como único punto de color de la propuesta se plantea que los lucernarios-chimeneas de ventilación, situados en la cubierta vayan forradas en su interior mediante paneles metálicos con los colores de la bandera de Moguer (azul y amarillo) haciendo un guiño al carácter municipal del edificio.




EL MERCADO RESULTANTE
La planta baja del edificio resultante se dedicará al uso original de mercado, incluyendo también puestos de restauración. La planta primera se destina a escuela de hostelería, un uso vinculado directamente a la planta baja. Se plantea la extensión del uso de restauración a la azotea del conjunto y a la plazuela anexa al edificio.



Los parámetros tipológicos y formales de la nueva edificación respetan los propios del Conjunto histórico, mejorando asimismo la relación de la edificación con su entorno más inmediato, su accesibilidad y con la incorporación de materiales y acabados más acordes al lugar donde se ubica y a la singularidad de los usos a los que se destina.
Puedes ver toda la propuesta aquí.
