CASA DE LA JUVENTUD

La RAE define el término dualidad como la ‘existencia de dos caracteres o fenómenos distintos en una misma persona o en un mismo estado de cosas’. DUALIDAD es el lema elegido para nuestra propuesta; dos colores, dos formas contrapuestas pero unidas entre sí, dos conceptos diferentes en un mismo logotipo.

El elemento principal del logotipo es el conjunto de manos que reproducen dos de los signos más utilizados por los jóvenes en los emoticonos de las redes sociales. Representan la igualdad de género, cuestión de especial importancia para conseguir una sociedad más justa, son valores que deben educarse desde la infancia y que deberían tener más visibilidad y difusión. Estas manos poseen una geometría orgánica, hecha a mano, que se contrapone con el otro elemento importante del logotipo, la casa. Este símbolo aparece en el vacío inferior que dejan las siluetas de las manos y posee una geometría más exacta, más racional. Ambas representan los dos hemisferios del cerebro, el creativo y el lógico. Los dos tienen la misma importancia en el desarrollo y la educación de los jóvenes y es importante encontrar un equilibrio entre ambos.

La unión y el equilibrio se consigue, además de con la geometría propia de los elementos, mediante los colores utilizados, inspirados en el escudo y la bandera del municipio. El azul de las manos y las formas orgánicas de los dedos representan un cielo primaveral moguereño, cuando todo empieza a crecer, y que rodea esa casa blanca tan típica de la arquitectura local, con sus puertas abiertas a todas las personas que la necesiten. Además encontramos ese punto de color amarillo con el que se colorea el hueco que dejan los dedos de la mano izquierda y que también representa el sol y la luz de Moguer.

ARQUITECTURA POPULAR DE LA CIUDAD DE HUELVA
ARQUITECTURA POPULAR ONUBENSE – parte 2

Mario Gómez Mogeda

Arquitecto técnico

Leer, carnaval, los cómics, los juegos de mesa, fútbol, NBA… Su listado de aficiones es más alto que él.

No le gusta la playa porque sólo entiende la arena y el agua acompañada de cemento.

La fama no le sube a la cabeza, porque no llega. Ve el mundo a escala 1:10.

Y, además, es aparejador.

Antonio Rivas Pérez

Arquitecto técnico

Su llegada al estudio siempre marca la hora de tomar un café.

Aporta experiencia y sosiego al equipo. 

El verano es su mejor época. Le gusta mucho cocinar y en las obras es en donde está en su salsa. 

Es aparejador y, además, arquitecto técnico.

Paula González González

Arquitecta

Le encanta dar paseos con su perra, siempre acompañada de sus animadas playlist de pop.

Su amor por las novelas de romance histórico es igualado solo por su conocimiento de los últimos acontecimientos de la sociedad. 

No le gusta nada llegar tarde a los sitios, por lo que si no llega a tiempo, ¡Houston, tenemos un problema!

Antonio Olaya

Antonio Olaya Camacho

Socio arquitecto

Nació en el blanco Moguer. En Sevilla y en Venezia aprendió mucho de lo que sabe.

En la naturaleza se siente bien. Disfruta del aroma de un libro, del sonido de un lápiz tocando el papel…

Es padre por duplicado y le gusta leer cuentos. La prisa no va con él porque él va más lento.

Es una A de AHAUS.

Henar Herrero Soriano

Socia arquitecta

Cómoda encuadrando detrás de una cámara, fotografiando edificios. Sensible con la sostenibilidad.

Siempre deja un dedo de café en la taza y garabatea croquis en servilletas de bar.

Le gustan las series y las escaleras bonitas. Adora hacer listas.

Es la H de AHAUS.

Ana Gómez Mogeda

Socia arquitecta

Siempre a caballo entre el Andévalo y la costa.

Adicta a la ortografía y a las tablas de Excel. No se resiste a una buena normativa.

En su mochila hay más objetos que en el almacén de Amazon, pero siempre se olvida las gafas de sol.

Y, además, es arquitecta.

Es una A de AHAUS.