CASA FUENTES

QUIÉN

En esta ocasión nos contactan unos clientes con un encargo muy especial: construir el domicilio familiar con dos viviendas independientes, una para ellos en planta baja, y otra para la familia de su hija en planta primera.

DÓNDE

Poseen una parcela en una de las calles principales de acceso el casco histórico, cuyas dimensiones y características nos trasladan al Moguer señorial de anchas fachadas y grandes huecos verticales.

QUÉ (NECESITAN)

Las viviendas tienen requisitos diferentes. Los hijos ya no conviven con los padres, así éstos necesitan una vivienda funcional y accesible que pueda acoger puntualmente la visita de alguno de los hijos. Su vivienda se ubicará en planta baja y contará con un dormitorio de invitados adicional al principal. Lo más importante para ellos es la cocina, entendido como lugar de reunión de toda la familia.

Sin embargo, la vivienda destinada a la familia de la hija necesita mayor número de dormitorios, pensando en un futuro aumento de miembros en la familia. Debe ser una vivienda versátil y moderna. En ella el núcleo de la casa se ha trasladado hasta el salón, vinculado a la cocina y a una gran terraza, que se convierte en el espacio sobre el que bascula toda la vivienda.

Ambas viviendas confluyen en el sótano, donde se encuentra el aparcamiento y un gran salón de reuniones para las celebraciones familiares.

CÓMO

Uniendo las premisas de partida (quién, dónde y qué), nos sentamos a reflexionar. Como es habitual en nuestros proyectos nos gusta echar la vista atrás y analizar los orígenes. Aquí la referencia está en las casas señoriales que poblaban Moguer en el siglo XIX y de las que aún quedan numerosos ejemplos repartidos por la ciudad. Será necesario actualizarlas al siglo XXI pero la semilla ya está.

Se genera un gran patio al fondo de la parcela que conecta directamente con la cocina familiar de planta baja y al que se vuelca la cocina, el comedor y el salón de la planta primera mediante la interposición de una gran terraza que funcionará como espacio exterior usable de la planta alta. Las estancias de cocina, salón y comedor se vuelcan hacia esa terraza, y se dividen mediante particiones móviles, que servirán para unir o separar los espacios en función de las necesidades de cada momento. Se busca que las estancias de servicio (lavaderos y despensas) se abran a patios secundarios.

La principal actualización es la reinterpretación de la cocina, ya no es un espacio secundario como ocurría anteriormente, sino que se desplaza hasta ocupar el lugar central de la vida diaria por su carácter acogedor.

LOS MATERIALES

Se conserva la fachada blanca encalada tradicional con zócalo oscuro y peto protector con doble vierteaguas, el siglo XXI asoma en el hormigón visto del vuelo del balcón de planta primera. Los materiales nobles se combinan con el acero inoxidable para mantener el espíritu sin renunciar a la contemporaneidad.

La cubierta vegetal de la zona de servicio de planta baja lleva el jardín a planta primera, huyendo de los patios duros e inhóspitos.


LA ENERGÍA

En estas viviendas se apuesta por el autoconsumo y la búsqueda del consumo casi nulo de energía. Los vuelos han sido estudiados para permitir la entrada del sol en invierno y protegerse de él en verano. La distribución facilita la ventilación cruzada y la elección de los aislamientos y el tratamiento de los puentes térmicos se ha cuidado al extremo (algo común en todos nuestros proyectos).

La demanda eléctrica de las viviendas es elevada con la colocación del montacoches y el ascensor. Es por ello que, adicionalmente se instalará un sistema solar fotovoltaico de apoyo al consumo de electricidad.

La eficiencia energética debe pensarse desde la primera línea, con medios pasivos y activos.

ARQUITECTURA POPULAR ONUBENSE – parte 2
ARQUITECTURA POPULAR ONUBENSE – parte 1

Mario Gómez Mogeda

Arquitecto técnico

Leer, carnaval, los cómics, los juegos de mesa, fútbol, NBA… Su listado de aficiones es más alto que él.

No le gusta la playa porque sólo entiende la arena y el agua acompañada de cemento.

La fama no le sube a la cabeza, porque no llega. Ve el mundo a escala 1:10.

Y, además, es aparejador.

Antonio Rivas Pérez

Arquitecto técnico

Su llegada al estudio siempre marca la hora de tomar un café.

Aporta experiencia y sosiego al equipo. 

El verano es su mejor época. Le gusta mucho cocinar y en las obras es en donde está en su salsa. 

Es aparejador y, además, arquitecto técnico.

Paula González González

Arquitecta

Le encanta dar paseos con su perra, siempre acompañada de sus animadas playlist de pop.

Su amor por las novelas de romance histórico es igualado solo por su conocimiento de los últimos acontecimientos de la sociedad. 

No le gusta nada llegar tarde a los sitios, por lo que si no llega a tiempo, ¡Houston, tenemos un problema!

Antonio Olaya

Antonio Olaya Camacho

Socio arquitecto

Nació en el blanco Moguer. En Sevilla y en Venezia aprendió mucho de lo que sabe.

En la naturaleza se siente bien. Disfruta del aroma de un libro, del sonido de un lápiz tocando el papel…

Es padre por duplicado y le gusta leer cuentos. La prisa no va con él porque él va más lento.

Es una A de AHAUS.

Henar Herrero Soriano

Socia arquitecta

Cómoda encuadrando detrás de una cámara, fotografiando edificios. Sensible con la sostenibilidad.

Siempre deja un dedo de café en la taza y garabatea croquis en servilletas de bar.

Le gustan las series y las escaleras bonitas. Adora hacer listas.

Es la H de AHAUS.

Ana Gómez Mogeda

Socia arquitecta

Siempre a caballo entre el Andévalo y la costa.

Adicta a la ortografía y a las tablas de Excel. No se resiste a una buena normativa.

En su mochila hay más objetos que en el almacén de Amazon, pero siempre se olvida las gafas de sol.

Y, además, es arquitecta.

Es una A de AHAUS.