Dos viviendas, dos hermanas y un lugar: la plaza de la Iglesia de Moguer.
A priori se trata de una intervención para la reforma interior de dos casas, pero el objetivo es la puesta en valor de un inmueble enclavado en un lugar privilegiado.
El edificio sobre el que se actuó databa de los años 70 y carecía de ningún tipo de protección ni de interés histórico o arquitectónico. Aquella primera intervención se realizó tras la compra de dos viviendas independientes, que ocupaban la totalidad del solar actual, para construir un supermercado que ocuparía toda la planta baja y dos viviendas en la planta superior. Para conseguirlo se derribaron las dos viviendas y se edificó desde cero en el solar que ocupaban. Aquellas viviendas poseían ciertos elementos que deberían haber sido conservados en aquel momento. Se formalizaban mediante una arquitectura popular que era un ejemplo claro del prototipo arquitectónico clásico que abundaba en el Moguer de la época, e hizo decir a Juan Ramón Jiménez aquello de “…una blanca maravilla, la luz con el tiempo dentro.”. Protegiendo sus huecos limpios y ritmados aparecía una rejería sencilla, los balcones eran estrechos y pequeños, las entradas a las viviendas se realizaban a través de unas grandes portadas labradas y todo era de color blanco. A pesar de encontrarse situadas en el entorno de la Iglesia de Nuestra Señora de la Granada se permitieron estas intervenciones ya que la consciencia sobre el patrimonio era diferente en aquella época.
Al inicio del proyecto nos encontramos con dos hermanas, herederas del fundador del supermercado, que buscaban reforzar esa imagen de unidad del edificio con la plaza y el entorno, y a su vez, querían convertir las dos viviendas de la planta superior, muy deterioradas ya, en sus hogares.
La actuación reviste una complejidad a primera vista inapreciable: se trata del entorno de un Bien de Interés Cultural y por tanto de un entorno protegido. Las intervenciones sobre el inmueble deben recabar la aprobación de la Consejería de Cultura y para ello es muy importante que dichas intervenciones se hagan sobre una base sólida de conocimiento de la zona y la arquitectura típica de Moguer.
Si hablamos de los cambios propuestos en fachada, debemos hablar de una reordenación de huecos para dotar a la fachada de un ritmo del que carecía y para establecer una compensación entre llenos y vacíos en ella. La primera vivienda no presenta fachada a la plaza sino a la calle Almirante Hdez. Pinzón y está compuesta por el balcón corrido que se construyó en los años 70. Decidimos coronarlo mediante macetas con gitanillas, que además de ser un elemento ornamental típico de la zona restaba dureza a dicho elemento. Además actúa como antesala de la plaza y queda como reminiscencia de lo que un día fue. Se buscaba crear una transición natural entre el balcón corrido existente y los balcones aislados que se han construido para la segunda vivienda. Para ello, ambos se pintaron en color blanco y los nuevos respetaron los ritmos de los elementos verticales de la barandilla del balcón corrido existente. Las bases de los nuevos balcones están formadas por varias piezas macizas de granito, barandillas de acero inoxidable lacadas en blanco y grandes ventanas alargadas con carpinterías blancas que potencian la altura de la planta alta.
La fachada a la plaza en planta baja es recorrida por un zócalo de granito microrayado que recoge los huecos del local comercial y el supermercado, así como las entradas a las viviendas, generando un elemento unificador y de protección. Este zócalo sirve también para integrar el azulejo clásico que recuerda que aquello era la Antigua Plaza de la Iglesia y el azulejo en el que Juan Ramón Jiménez dice aquello de “La torre de Moguer, de cerca, parece una giralda vista de lejos”.
En el interior de las viviendas se ha buscado primar la espacialidad, la luminosidad y las vistas. La mayor parte del programa de ambas se vuelca a fachada y esto condicionaba la situación del pasillo, que aparecía como un espacio oscuro y residual.
En la primera vivienda se ha eliminado dicho espacio, y la transición del recibidor a la cocina y al salón se realiza de forma natural y fluida, con iluminación directa desde fachada y reduciendo el pasillo a un pequeño elemento previo al acceso a los dormitorios.
En la segunda vivienda se ha planteado la actualización del pasillo. Es decir, se ha mantenido su configuración en cuanto a su posición en la casa pero se han reinterpretado sus límites. Las estancias de día que se vuelcan a fachada (zona de estar y estudio) transforman su paramento al pasillo de opaco a traslúcido. Así, un muro de U-glass te acompaña en el recorrido por la casa hasta la zona privada y permite que ese espacio, tradicionalmente degradado y oscuro, tome importancia y reivindique su lugar en la vivienda.
Además, se han usado materiales nobles y de calidad para dotar de carácter al interior de ambas viviendas y a la intervención en general. Mármoles, madera, acero inoxidable, granitos y porcelánicos de alta calidad formalizan los espacios de manera intemporal y hacen que estos sean más cálidos y duraderos en el tiempo. Se utilizan colores y acabados atemporales con el objetivo de que no pasen de moda.
Y finalmente, como elemento coronador del proyecto, aparece el mirador. Desde la segunda vivienda accedemos a una azotea que nos conduce, mediante una escalera de caracol, a un pequeño mirador sobre la plaza, sobre la Iglesia, sobre Moguer y sobre alguno de los pueblos cercanos. Un espacio alejado del trajín diario del supermercado y de la zona, que favorece el soñar e imaginar cómo sería el Moguer de Juan Ramón.
- Arquitecto técnico: Antonio Rivas Pérez
- Finalización de obra: 2018
- Superficie construida: 115 m2
- Constructora: Construcciones Fuentepiña SL
- Materiales: Solerías: Mármol blanco, Mármol gris, Daino Reale, Porcelanosa PAR-KER ascot olivo 19. Carpinterías: Acero inoxidable, ventanas Strugal 70 con vidrios climalit PLUS con control solar. Cocinas: Granito silver white y granito macauba de Brasil. Revestimientos: Madera de iroko y granito gris quintana. Mobiliario: IKEA y muebles personalizados de madera de caoba y roble.
- Situación: Moguer (Huelva)