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BETI JAI. #VISITAAHAUS

¿Cómo acaba un frontón de pelota vasca en mitad de Madrid?

#VisitaAHAUS a BETI JAI

Que la corte real de la reina María Cristina veraneara en el País Vasco hizo que aumentara la afición por la pelota vasca. El traslado estacional de la Reina tenía un impacto económico en dicho deporte; el inmediato era el incremento de espectadores y en segundo plano el crecimiento de las apuestas vinculadas. Sin embargo, cuando la corte volvía a Madrid el negocio descendía.

El empresario José Arana vio una oportunidad clara y encargó al arquitecto Joaquín Rucoba la construcción de un frontón en Madrid. Así fue como el 29 de mayo de 1894 se inaugura el Beti Jai madrileño con la asistencia de la Reina y un aforo de 4000 espectadores.

El edificio está formado por un cuerpo principal de planta trapezoidal, un cuerpo en forma de “L” curvada (el graderío), el espacio de juego delante de éste (cancha y frontón, con su pared izquierda reforzada por contrafuertes escalonados exteriores) y finalmente, en el ángulo de la “L” se levanta un cuerpo secundario de forma triangular.

El cuerpo principal, con fachada a la calle Marqués de Riscal, está constituido por tres plantas, dos mas entresuelo. Estaba destinado a vestíbulo principal con taquillas, salones de descanso y dependencias administrativas. La cancha se encuentra a una cota inferior a la de la calle y se desciende por unas escaleras centradas en el vestíbulo principal.

El cuerpo del graderío, de cuatro plantas, está formado por galerías abiertas a la cancha con un antepecho corrido y ligeramente volado, constituido por barandillas de hierro forjado, decoradas por una delicada ornamentación. El frente del graderío queda dividido en vanos por finas columnas de fundición y se desarrolla con una ligera curvatura que “abraza” los 67 metros de longitud que tiene la cancha. Las gradas se encuentran cubiertas mediante una estructura metálica con ligeras bóvedas tabicadas, decoradas por pinturas.

Resalta en la cubierta, de viguetas de madera y tablazón, el vuelo a modo de marquesina que se prolonga hacia la cancha, con cartelas de hierro forjado trabajadas a modo de filigrana unidas a las columnas de fundición, con cobertura original de zinc.

La cancha y contracancha son algo mayores de lo habitual; la cancha mide 67 m de longitud, 20 m de anchura y la pared izquierda alcanza los 11 m. Destaca la fachada interior de ingreso a la cancha, con una interesante fábrica de ladrillo neomudéjar.

El cuerpo secundario posterior, de tres pisos y semisótano, dispone de dos cajas de escaleras y en él se situaban las áreas de servicio (cocina, restaurante, enfermería…). Es interesante el contraste entre las fachadas interiores, abierta y con estructura de finas columnas, y las fachadas neomudéjares, con fábricas de ladrillo masivas y compactas y complejos juegos de pilastras, huecos y recercados.

La fachada principal, al interior, combina el ladrillo rojo aplantillado con revestimientos de revocos en impostas, cornisas y pilastras. Se divide en tres cuerpos: en el primero una puerta central en arco de herradura flanqueada por dos vanos; en el segundo se abre un óculo flanqueado por dos ventanas rematadas con medio punto; en el tercero tenemos tres vanos con arcos lobulados. Se concibe como fachada urbana, creando la ilusión de plaza pública.

Hacia 1900 existían en Madrid 18 frontones con juego diario a la misma hora. La oferta superaba a la demanda y fue necesario introducir otros espectáculos: exhibición de esgrima, concursos de hípica… Durante 1904 y 1905 fue también Centro de Ensayos de Aeronáutica donde Leonardo Torres Quevedo construyó el primer telekino y realizó una demostración moviendo un triciclo a distancia, haciendo historia como pionero en el desarrollo del control remoto.

En los años 20 albergó un taller de montaje de la empresa automovilística Studebaker y posteriormente fue un concesionario de Harley Davidson. Durante este periodo se autorizó la apertura de un hueco de acceso de vehículos.

Al comienzo de la Guerra Civil fue cuartel de la CNT y tras la guerra queda en manos de la Falange dando apoyo a la Sección Femenina que tenía su sede cerca del Beti Jai. En 1948 la Falange se lo cede al Ayuntamiento de Madrid y comienza la degradación del edificio. Se tapiaron los graderíos y se destinaron a almacenes, trasteros…

En 1977 el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM) emite un informe poniendo en valor el Beti Jai como último frontón en pie en Madrid pero la inexistencia de legislación sobre patrimonio la reclamación cayó en saco roto. En 1989 el Ayuntamiento vende el recinto a una empresa que pretendía construir viviendas. En esta ocasión la reclamación del COAM se ve reforzada por la Ley de Patrimonio de 1985 y se le asigna la categoría de Monumento de Interés Deportivo de Madrid. En 1994 vuelve a cambiar de manos, la nueva empresa pretende declararlo en ruinas para eliminar la protección y conseguir el derribo. El Ayuntamiento, por el contrario, aumenta la protección sobre el edificio aunque no evitó que entrase en la lista roja de Hispania Nostra en 2006.

La ocupación del edificio en 2007 generó un punto de inflexión que derivó en un potente movimiento ciudadano que reclamaba su rehabilitación, consiguiendo en 2011 que fuera declarado Bien de Interés Cultural, comenzando en 2015 las obras de consolidación previas a la rehabilitación. En 2018 se recupera la cubierta histórica con sus característicos lambrequines y se materializa su salida de la lista roja de Hispania Nostra. Se puede observar que ha sido necesario reforzar la estructura, en este caso la estructura original se encuentra pintada en blanco y los nuevos elementos se colocan en un plano secundario pintados en colores oscuros para no restar protagonismo.

Desafortunadamente, el COVID vino a paralizar las obras y así se encuentran en la actualidad. El Ayuntamiento de Madrid organiza visitas guiadas al edificio, no dejéis pasar la oportunidad de conocerlo si pasáis por Madrid.

Finalizamos con una imagen extraída de la propuesta de Javier Coronado Palomero y Amelia Rodríguez de la Torre Somoza, con la colaboración de René Martínez, para el concurso que el COAM convocó en 2018. Se propone la cubrición del espacio de juego por cerchas atirantadas que permiten albergar competiciones deportivas y espectáculos de distinta naturaleza, con el principal objetivo de recuperar el juego de pelota. El título de la propuesta es “Bizitza Berria: nueva vida para el Beti-jai”.

Fotografías propias, de Igor GM (Flickr) y de archdaily.cl.

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CENTRO DE INTERPRETACIÓN DE LAS MARISMAS Y SALINAS DEL TINTO

Primer premio en el concurso convocado por el Ayuntamiento de San Juan del Puerto para la Rehabilitación de las antiguas instalaciones ferroviarias para Centro de Interpretación de las Marismas y Salinas del Tinto.

HISTORIA DE LOS EDIFICIOS: IMPORTANCIA Y NECESIADAD DE LA REHABILITACIÓN

La antigua Estación de Rio Tinto, representa uno de los edificios más emblemáticos del municipio de San Juan del Puerto (Huelva). Se construyó como estación de viajeros de la línea férrea que unía Huelva y Riotinto tras la concesión de las minas de Riotinto, en el año 1873,  a la compañía The Rio Tinto Company Limited, y la construcción de la infraestructura ferroviaria entre la mina y el puerto de Huelva. El trazado ferroviario estuvo en funcionamiento hasta 1984.

El edificio de la estación fue adaptado a Centro de Interpretación de las Marismas y Salinas del Tinto hace más de una década mediante un proyecto de adaptación, dotándolo del aspecto y acabados actuales. La falta de uso tras su adaptación, así como el vandalismo, llevaron al deterioro y estado actual de dicha dotación, debiéndose proceder al cegado de huecos para evitar la ocupación continuada de la misma. Últimamente ha sido utilizado como almacén de material y útiles destinados a la construcción de la pasarela que cruza la línea de ferrocarril, que se inauguró en febrero de 2018, y que sobrevuela y desembarca al sur de la Estación.

La Nave de Carga se construyó como Almacén de Mercancías de la línea férrea entre Huelva y Riotinto. Albergó una carpintería y, en la actualidad, está siendo usada de forma privada para almacenamiento y establo.

La plataforma del Muelle de Carga constituía el muelle maniobras del Almacén de Mercancías, ambos elevados y dispuestos a la misma altura que los vagones que transitaban por la vía para facilitar las labores de carga y descarga. Presentaba un ramal propio para estas labores. En la actualidad, está siendo usado como cercado para animales de compañía.

La subvención concedida, procedente de la Línea 1 del Programa de Impulso a la Rehabilitación de Edificios Públicos de Entidades Locales (PIREP), marca los requisitos para devolver a la Estación a su estado óptimo para su uso como Centro de Interpretación de las Marismas y Salinas del Tinto (Edificio 1) y la Nave de Carga (Edificio 2) para que sea usada como cafetería y apoyo al Centro de Interpretación.

EL ENTORNO

Los dos edificios que se van a rehabilitar se encuentran en paralelo al trazado de las vías, en la margen sur. Entre ambas edificaciones se dispone una pasarela peatonal de reciente construcción, que cruza sobre las vías y conecta la Estación con el municipio de San Juan del Puerto. 

En la zona sur del trazado de vías se extienden las marismas de la ría del Tinto, de gran riqueza medioambiental, las antiguas Salinas de San Juan del Puerto y el antiguo Muelle de Carga del mineral. En paralelo a la vía férrea discurre un camino que puede entenderse como vía paisajística.

PUESTA EN VALOR DEL ENTORNO

Hace unos años que San Juan del Puerto busca volver a mirar al río Tinto y sus marismas. Desde finales del siglo XIX hasta la actualidad, esa conexión entre la ciudad y el río se ha visto truncada por la presencia de la línea férrea de Riotinto, que transcurre paralela al río creando una barrera entre el municipio y su valioso entorno natural.

El edificio de la estación, de titularidad municipal y catalogado por el PGOU, se destina a Centro de Interpretación de las Marismas y Salinas del Tinto, sirviendo de elemento de puesta en valor, interpretación y puerta de entrada al mismo. Se rehabilitará como espacio dotado de contenido, audiovisual y documental, que servirá para transmitir al visitante la importancia del enclave natural, patrimonial y cultural donde se ubica.

Junto a la Estación, la Nave de Carga del Muelle se propone como edificio de apoyo para bar-cafetería del Centro de Interpretación, así como de los futuros espacios libres dotacionales de ocio y juegos, utilizando la plataforma elevada del Muelle como terraza-mirador hacia el entorno natural dispuesto al Sur.

Dichas intervenciones se ubican a ambos lados del acceso de la pasarela peatonal; elemento clave e iniciador de esta reconexión entre el municipio y su entorno. Desde su construcción se facilita y potencia el cruzar la vía desde el núcleo urbano. Tras la pasarela se continuó con la recuperación de otro punto clave: el Muelle del Tinto, un lugar emblemático para los sanjuaneros por la importancia que tuvo para el municipio la actividad marítima en siglos anteriores. Hoy en día se trata de un centro municipal de actividades náuticas, gracias a la reciente construcción de un pantalán para embarcaciones ligeras. Además, aún puede verse un pavimento sobre pilotes de madera conocido como “los palitos” que sirvió para ampliar el embarcadero hacia el río en el período de 1905 a 1919 en el que se produjo una renovación del ferrocarril.

Todas estas intervenciones junto con las que ocupan esta propuesta y las posibles que pudieran realizarse en el futuro seguirán generando un redescubrimiento y reconocimiento por parte de la ciudadanía del entorno natural de las Marismas, Salinas y el propio río Tinto.

EDIFICIO 1 - ANTIGUA ESTACIÓN

La antigua Estación de San Juan del Puerto se rehabilitará para su uso como Centro de Interpretación de las Marismas y Salinas del Tinto, con el objetivo de que sea un edificio de consumo nulo, es decir, que utilice sólo energía procedente de fuentes renovables.

Manteniendo la estética y la volumetría de la Estación original, se interviene en el edificio para dotarlo con los estándares de calidad que marca el Código Técnico de la Edificación.

El edificio original tiene planta rectangular, se compone de dos crujías paralelas al trazado de las vías, con cubierta de teja a dos aguas. Presenta cuatro huecos en la fachada norte y sur y otros dos en cada una de las fachadas laterales. Tiene un porche en la fachada norte, la más próxima a las vías, que le confiere su tradicional imagen de estación.

La construcción de la pasarela peatonal ha modificado las condiciones del entorno y es necesario crear un nuevo acceso en la fachada sur, con una marquesina simétrica a la existente: zona de sombra, punto de llegada y de estancia de los visitantes. Se creará un banco corrido en la terraza sur para que los visitantes puedan observar el paisaje de la marisma.

El interior se dejará diáfano para su uso como zona expositiva con la salvedad de la inclusión de un aseo adaptado y punto de Información.

Se renovará la cubierta por completo debido a su mal estado de conservación, aprovechando la ocasión para dotarla de aislamiento y asegurar su impermeabilización. Se eliminará la tablazón existente del techo para dejar las vigas de cubiertas vistas y dotar de mayor calidad al espacio expositivo.

Se aprovechará la cubierta para la colocación de paneles fotovoltaicos, con capacidad suficiente de autogeneración eléctrica y almacenamiento suficiente con baterías. De esta manera, el edificio se encaminará hacia un consumo nulo.

EDIFICIO 2 - NAVE DE CARGA

Con esta intervención se pretende que este edificio sirva de apoyo al Centro de Interpretación, destinándolo a Bar.

La intención es mantener la estética y la volumetría existentes, manteniéndose los acabados exteriores, dotando el interior de las condiciones necesarias de habitabilidad, funcionalidad y salubridad. La carpintería se renovará, y se repondrán los acabados deteriorados dando un tratamiento antihumedad a las partes bajas de los muros de cerramiento.

Se trata de un edificio de pequeñas dimensiones, con muros de carga y cubierta de teja a dos aguas. Las fachadas presentan unos grandes huecos: el oeste se renovará como puerta de acceso, mientras que las otros serán grandes ventanales acristalados.

Al igual que en el Centro de Interpretación, se renovarán los faldones de cubierta, se repondrán todas las instalaciones y se dotará de confort térmico al espacio interior, mediante las instalaciones de climatización y renovación del aire interior. Se dotará de red de conexión a internet y, en la cubierta se dispondrán paneles fotovoltaicos.

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LA CASA DE BLAS INFANTE EN ISLA CRISTINA

NUESTRA PROPUESTA

Nuestra propuesta plantea una vuelta a los orígenes, a descubrir la esencia constructiva de la casa que habitó Blas Infante durante su estancia en Isla Cristina entre los años 1923 a 1931, donde tuvo sede su notaría y que él consideraba “su patria” por haber nacido allí sus dos hijas.

La casa, de estilo neomudéjar, tiene dos plantas de altura y sigue la tipología de las viviendas notables de la época: ventanas salientes, cancela del tipo sevillano, azulejería, etc. Su elemento más característico es la fachada de ladrillo visto, donde destacan los dos balcones de la planta superior con ajimez (ventana arqueada, dividida en el centro por una columna), únicos entre las viviendas de Isla Cristina. Influenciado por sus viajes a Marruecos, el interior estaba decorado al estilo morisco.

PUESTA EN VALOR DEL BIEN CATALOGADO

El estado actual de la vivienda presenta alteraciones que se han ido realizando con el paso de los años. La vivienda original partía de tres crujías, teniendo la tercera un saliente en la medianera, donde se encontraba originalmente la escalera. Es nuestra intención devolver la vivienda a su estado original, eliminando la escalera actual que le imprime a la casa un carácter de uso como si fueran dos apartamentos independientes, en vez de como un único espacio.

Se propone la eliminación de las particiones interiores, que desvirtúan la continuidad de los espacios, y las construcciones posteriores que dan a la calle Catalanes y que carecen de valor.

Una vez depurado el volumen original, se centran los esfuerzos en la puesta en valor de la fachada, la restauración de los forjados y la recuperación del patio original de la vivienda.

La fachada, elemento característico de la vivienda y que ha permanecido prácticamente invariable a lo largo de los años, se limpia y se retiran los elementos que generan caos (como el cableado aéreo, la antena, etc.). Se propone mantener los elementos singulares que le aportan carácter, como son los postes para el cableado, la placa que distingue la casa como “asegurada de incendio” y el azulejo conmemorativo.

Además de restaurar la cerrajería existente, se renuevan las carpinterías exteriores para mejorar su eficiencia energética y se recupera la ventana con arco superior de los ajimez.  

Debido a su mal estado de conservación, se hace necesario la demolición de los forjados y se propone la reconstrucción con la misma tipología, con vigas de madera, alfarjías y entrevigado cerámico.

El patio es el epicentro de la vida de la casa andaluza: sus paredes blancas, sus azulejos sevillanos, el agua del pozo. Una vez retirada la higuera que lo tiene colonizado, el patio vuelve a relucir con sus paredes llenas de macetas. Se mantienen los huecos de ventanas que nos permiten ver el patio. Es un lugar que nos invita a estar en su interior.

Para apoyar esta edificación original, se amplía la vivienda aprovechando la disponibilidad del solar colindante ubicado en el nº 8 de la calle Catalanes. Se construye una pieza de dos alturas, con fachada hacia la calle Sevilla, que contiene los espacios servidores (ascensor accesible, núcleo de aseos, instalaciones, archivo/almacén) y que sirve de charnela entre la vivienda original y la ampliación.

Si volumen original se dedica fundamentalmente a espacios expositivos abiertos al público, con una oficina en la primera crujía y zona de atención al público a continuación del zagúan, que organice la llegada de visitantes; en la ampliación se construye una sala de uso mixto, equipada para impartir cursos, conferencias, charlas o servir como espacio expositivo adicional y volcada al nuevo patio trasero.

Esta sala polivalente se plantea con una estructura metálica continua y una partición móvil acristalada que permite que, una vez abierta, la partición quede oculta en el armario adosado a fachada, y la sala y el patio se fundan como un único espacio continuo. 

La propia estructura metálica se convierte en una pérgola vegetal que favorece el uso del patio en los meses de verano y la creación de una zona intermedia entre el uso interior y exterior.

COHERENCIA DE LA INTERVENCIÓN

Teniendo la fachada de ladrillo como punto de partida y el volumen original de la vivienda como eje vertebrador de la propuesta, obtenemos un espacio expositivo muy versátil,  con una sucesión de  salas contiguas que permiten un recorrido libre por la planta y facilita el futuro proyecto museístico.

Aprovechando la disponibilidad del solar anexo, se construye una pieza de dos plantas de altura, que alberga los espacios servidores, permite la accesibilidad de la planta alta y es donde se ubican los aseos e instalaciones, para que estos usos no distorsionen el volumen original.

Se amplía el espacio expositivo con una sala multiusos en planta baja que se puede abrir completamente al patio trasero. Esta ampliación da fachada a las calles Sevilla y Catalanes y se remata con una cubierta vegetal, que sirve como zona de esparcimiento de planta alta o espacio expositivo exterior.

En el diseño de las fachadas se han tomado elementos de celosías tradicionales llevados a un diseño contemporáneo. En la fachada a la calle Sevilla se replica el ajimez original, con el diseño de un hueco alargado, que se parte en dos por un pilar metálico. De un lado, en el patio, el hueco exterior remarcado por la pérgola vegetal y del otro, la ventana interior sobre el armario donde se recogen las instalaciones y la partición plegable. De esta manera, la realidad del nuevo espacio construido se divide en dos por ese gran ventanal móvil, igual que el hueco del ajimez queda partido por la columna de fundición.

INTEGRACIÓN CON EL ENTORNO

La casa de Blas Infante se encuentra en el nº 7 de la calle Diego Pérez Pascual, antigua calle Real, y forma parte de la “Ruta de Blas Infante” que es un recorrido por la Isla Cristina peatonal, donde se desarrolló la vida laboral, social y cultural de Blas Infante.

Ya se está llevando a cabo una puesta en valor de toda la ruta, desde el muelle, la plaza de Las Flores, y el Paseo del Chocolate. Nuestra propuesta, además, abre el nuevo patio a las calles Sevilla y Catalanes, creando un triángulo cultural con vértice en la plaza de Las Flores, pasando por la biblioteca e integrando este nuevo contenedor cultural en esas dos calles, ya peatonales del centro histórico, pero con un carácter más secundario y que se verían revitalizadas.

La gran puerta trasera permite la realización de actividades al aire libre, con acceso desde la calle Catalanes y de forma independiente al del resto de la casa si fuera necesario.

PAREADOS DOS FLORES

DOS FLORES son dos viviendas pareadas exentas situadas en un enclave privilegiado con vistas al mar.

Si la ubicación de cualquier proyecto es fundamental para su definición, en este caso lo es aún más; el mar se convierte en el principal foco hacia el que mira el edificio, enmarcado en este caso por un conjunto de pinos de gran porte que se encuentran en la parcela y que se conservan como elementos de sombra.

LOS CLIENTES

En una tipología pareada las premisas de partida se duplican. El resultado final debe satisfacer a dos familias que parten de necesidades diferentes. La primera familia, con dos hijos adultos, busca espacios familiares, que permitan la reunión de todos y las futuras incorporaciones. La segunda familia, sin hijos, busca espacios cómodos y abiertos para disfrutar las estancias en la playa y reunirse con amigos.

Sin embargo, les une un único objetivo: poder divisar el mar desde los máximos puntos posibles, y esa es la idea que genera toda la casa.

LA PROPUESTA

Si recordamos los 5 puntos de la arquitectura de Le Corbusier y miramos el edificio de nuevo, se reconoce la influencia de los mismos en la separación estructura/fachada. La fachada pasa como una piel por delante de la estructura y es recorrida por una ventana panorámica que permite la visión hacia el exterior desde cualquier punto de la casa.

También tiene cierta influencia, volumétrica y conceptual, de una de las viviendas más conocidas de la historia de la Arquitectura, ´La Casa de la Cascada’ de Frank Lloyd Wright y sus grandes terrazas en voladizo. Los elementos programáticos que requieren privacidad se han adosado a la medianera entre las dos viviendas y se ha liberado la planta para que la relación interior/exterior sea algo más que una anécdota.

MATERIALES

El exterior de las viviendas se ha revestido con mortero de cal, material tradicional que aporta confort térmico a la vez que deja transpirar a las viviendas. En el interior podemos encontrar materiales nobles como el mármol o la caliza.

La cubierta inclinada oculta las instalaciones y, coronando el conjunto, la chimenea adquiere especial protagonismo por la reminiscencia naval.

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CAL

Si hablamos de cal todos tenemos en mente la imagen de los pueblos blancos que salpican el territorio andaluz. Todos hemos crecido viendo a nuestros abuelos “encalar” las casas anualmente y hemos sido testigos de cómo, paulatinamente, se dejó de utilizar la cal. No podríamos decir exactamente cual fue el momento en el que las pinturas plásticas irrumpieron en nuestras vidas sustituyendo a la cal, o en cuando fue la primera vez que un constructor nos miró raro al prescribir mortero de cal más allá de su uso en el mortero bastardo para el agarre de la teja.

PROPIEDADES

La realidad es que la cal es un material natural con múltiples cualidades que la hacen idónea para su uso en edificación:

  • Absorbe CO2 durante el proceso de endurecimiento ayudando a purificar el ambiente.
  • Con un proceso de fabricación natural se obtienen formas diversas libres de productos químicos, se trata de un producto natural con muy poco procesado. Es un material ecológico y respetuoso con el medio ambiente. El ciclo de la cal está dentro de la economía circular.
  • Tiene propiedades antisépticas: su alta alcalinidad evita la proliferación de microorganismos. Esta propiedad era muy importante en una época con poco acceso a la medicina y donde ésta no se encontraba muy desarrollada. Era su forma de prevenir frente a epidemias.
  • Es transpirable al vapor de agua y a su vez impermeable al agua en estado líquido: en obras de rehabilitación conviene utilizar materiales transpirables que dejen respirar al muro y evite que la humedad se quede atrapada en el mismo, lo que sucede con las pinturas plásticas. Esta ventaja se puede aprovechar igualmente en obra nueva.
  • Reducen el consumo energético gracias a sus propiedades aislantes: su color blanco refleja la radiación solar, evitando que los muros absorban energía térmica y logrando interiores más frescos.

HISTORIA

La fabricación de la cal es un proceso artesanal que generó una industria propia en Andalucía, focalizándose en Morón de la Frontera. La cercanía a las canteras de la Sierra de Esparteros, con una pureza de material del 98% de carbonato cálcico, favorecieron la creación de hornos de cal que todavía a día de hoy siguen activos.

Para la construcción de un horno de cal se elegía un terreno con pendiente considerable, cerca de la cantera de caliza y no muy lejos de donde se iba a extraer la leña.

Se construía la caja exterior mediante paredes de piedra en seco con las juntas de arcilla, era la olla. La olla contaba con unos 4 metros de diámetro y unos 2 metros de profundidad. Dejando 2 aberturas en la parte inferior, una la puerta por donde se metería la leña y la otra para ventilación del horno.

A continuación, se colocaban todas las capas de piedra caliza, manualmente, eligiendo la disposición según el tamaño de las piedras y sin ningún tipo de conglomerante.

Se remataba con un “sombrero” compuesto por una capa de cal y arcilla para impedir que el fuego saliera del horno.

El proceso tradicional podría durar varios días (según la capacidad del horno), hasta que el maestro calero daba el visto bueno. La piedra caliza se había convertido en cal viva.

En la provincia de Huelva tenemos nuestra propia cultura calera en el pueblo serrano de Santa Ana la Real.

HORNOS DE CAL DE SANTA ANA LA REAL

La industria calera de Santa Ana la Real generó una identidad y caracterizó sus relaciones con las poblaciones vecinas. Le sirvió para diversificar su economía en una comarca fuertemente marcada por la agricultura, la ganadería y la minería. Se trataba además de una actividad que se integraba a la perfección en el entorno pues demandaba para su funcionamiento recursos naturales presentes en su espacio circundante: carbonato cálcico como materia prima y leña y matorral como fuentes de energía.

Llegó a contar con una quincena de hornos que producían unos 23.000 kilos de cal en sus momentos álgidos. Pero la llegada del cemento, con una irrupción brusca y generalizada, devino en la desaparición de la industria calera.

En 1999 la Asociación Cultural Valle de Santa Ana impulsó la patrimonialización de los hornos, que fueron incluidos en el Catálogo General de Patrimonio Histórico de Andalucía.

El último horno de cal de Santa Ana la Real se apagó en 1966 y no fue hasta febrero de 2022 que tuvo lugar una nueva cocción en el “Horno del Evaristillo” tras su restauración.

Actualmente se puede recorrer el patrimonio calero de Santa Ana la Real a través del Sendero de los Hornos de Cal.

CONCLUSIONES

Como venimos diciendo habitualmente, para continuar avanzando en sostenibilidad hay que mirar hacia atrás. Las técnicas tradicionales esconden un saber popular que puede ayudarnos hoy en día a conseguir el confort sin aumentar la huella de carbono.

Nos hemos acostumbrado tanto a instalar sistemas de climatización que no concebimos construir desde el ahorro pasivo.

La cal está presente en la edificación en forma de morteros y pinturas, incluso como puente de unión entre materiales. Es un material igual o más versátil que el cemento.

El uso de la cal en sus múltiples formas ayuda a mantener los interiores frescos, a evitar la proliferación de microorganismos, a que los muros transpiren y su plasticidad hace que absorba mejor las dilataciones debidas a los cambios térmicos.

La durabilidad de la cal es mayor que la del hormigón, los restos más antiguos de cal datan del 6.000 a.C mientras que cemento se viene usando en los últimos 200 años y no se prevé esa durabilidad.

Su hándicap reside en que la cal es más cara que el cemento. Debemos aprender a mirar al futuro y priorizar el ahorro que genera a largo plazo sobre la inversión inmediata.

Fuentes: IAPH, Catálogo General de Patrimonio Histórico de Andalucía, periódicos de la provincia de Huelva y Gordillos Cal de Morón.

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LA PLAZA DE LA IGLESIA DE MOGUER.

NUESTRA PROPUESTA

La propuesta se basa en un estudio histórico de este espacio urbano, analizando y recuperando los elementos que han marcado su carácter y que más se han repetido a lo largo de los diferentes estados en los que se ha encontrado esta zona del municipio.

Los primeros documentos que encontramos de la plaza datan del s.XVI, en los que se puede ver como al espacio que hoy se llama plaza Ntra. Sra. De Montemayor se le denominaba como “Campo de Santa María”. Del mismo modo, a la zona ubicada frente a la entrada principal de la iglesia se le conocía como “Placeta de la Iglesia”.

Aunque hoy en desuso, en la tradición medieval, el término campo estaba muy extendido por toda Europa. El nombre procede de que antiguamente estos espacios eran prados para obtener pastos o terrenos cultivados como huertos, incluso en algunos casos eran utilizados como cementerios.

En muchas ciudades, la vida social, comercial y religiosa giraba alrededor del campo. Sobre los campos  gravitaban numerosas actividades cotidianas: el mercado, las tiendas artesanales, las iglesias con sus cementerios, los juegos de los niños y el abastecimiento del agua. Los campos poseían, la mayoría de las veces en el centro, uno o más pozos, que antiguamente eran las únicas fuentes de aprovisionamiento de agua de la ciudad.

Los campos más grandes, debido a su extensión, se convertían a veces en lugar de manifestaciones al aire libre, como ceremonias religiosas, corridas de toros, espectáculos circenses, procesiones, torneos o discursos de grandes predicadores. La progresiva centralización de los servicios de la ciudad empezó a debilitar la función del campo como centro de reunión.

Una de las ideas principales de la propuesta es recuperar el carácter de campo de ese espacio, llevándolo al siglo XXI. Además de esto, otra de las intenciones importantes es la recuperación y puesta en valor del espacio que se encuentra frente a la puerta principal de entrada a la iglesia, o “Puerta del Sol”. La que se conocía como Placeta de la Iglesia, no era más que una zona de carga y descarga, así como lugar de paso de tráfico rodado, y actúaba más como una especie de rotonda para vehículos que como un espacio previo de entrada a un edificio de indudable valor. La intención es devolverle ese carácter de antesala del templo, crear un espacio de reunión que pusiera en valor y enfatizara la entrada principal. Se amplia el pódium existente eliminando la actual escalera y creando una gran escalinata que conecta en todo su perímetro el pódium con la superficie inferior que se encuentra a una altura aproximada de -1,20 m. A su vez, esta escalinata sirve de graderío y elimina esa sensación de desconexión entre ambas cotas, generando una zona mucha más amplia frente a la puerta principal y regalando un nuevo espacio público a la ciudad.

Todo esto se  consigue empleando los mismos materiales en ambas superficies, con una base de un granito blanco sobre la que aparecen bandas de granito beige, con un tono muy parecido al de la iglesia, que además responden a las pilastras de la propia fachada y se extienden hasta llegar al encuentro de dicho espacio con las fachadas de las viviendas adyacentes.

Otra de las cuestiones importantes a resolver es la mejora de accesibilidad e integración de todo el entorno de la iglesia.

Repasando la documentación fotográfica de las diferentes décadas se aprecia como la plaza siempre fue mucho más accesible y diáfana, permitiendo un espacio de reunión social. Además, utilizaba los árboles para crear espacios de sombra y descanso.

Si bien nos encontramos con una superficie prácticamente a nivel en la zona norte, conforme bajamos hacia la zona de la puerta principal, la diferencia de cota entre el viario y la plataforma de la plaza llegaba a alcanzar hasta una altura de 1,40 m. Esto, junto con los arriates colocados en los años 80, hacían que se redujera el espacio público utilizable por los peatones y limitara el acceso a la plaza.

En esta actuación se eliminan todas esas barreras arquitectónicas, dotándolo de un carácter peatonal y se relegan a los vehículos a un acceso restringido (residentes, carga y descarga y emergencias).

Se sustituye la fuente central por dos más pequeñas, focalizando la atención sobre la iglesia, y especialmente sobre sus portadas barrocas de ladrillos avitolados. Como hacíamos en el espacio de la puerta principal, volvemos a jugar con un pavimento base de granito blanco y con bandas de granito beige que focalicen la atención sobre la fachada de la iglesia, haciendo protagonista al edificio de este espacio urbano.

Respecto a la vegetación, se conservan los naranjos y palmeras existentes, manteniéndolos en su sitio o trasplantando algunos a ubicaciones que coincidan mejor con la nueva ordenación. Además de los naranjos y palmeras, se colocan algunos árboles de mayor porte, en lugares estratégicos para proporcionar espacios de sombra y frescor, creando zonas más agradables y vivibles. Sumado a las dos fuentes, de pequeña escala, buscando el placentero sonido del agua al caer.

MATERIALES Y MOBILIARIO

La forma de materializar la propuesta es bastante sencilla, buscando una uniformidad y elegancia en toda la intervención.

Partimos de una superficie base de granito blanco alba en módulo de 45×90 cm sobre el que aparecen el resto de elementos. En primer lugar, las bandas de granito silvestre moreno en formato 45×45 cm, de tono muy parecido al de la fachada restaurada, que se distribuyen siguiendo los ritmos de pilastras de las fachadas de la iglesia y se prolongan hasta encontrarse con las edificaciones que delimitan este espacio urbano.

Las escalinatas-graderío se forman mediante escalones macizos de granito. Los propios bancos surgen del pavimento como bloques de granito macizo (con sección 45×45 cm) y se entremezclan con 6 bancos de fundición de estilo modernista, cuyo origen se vincula a la ciudad de Moguer y que hoy se encuentran en los espacios públicos de medio mundo.

La intervención propone reutilizar todas las farolas, tanto de pie como de pared, existentes en la actualidad en este espacio público. Son de estilo fernandino y enlazan con los bancos de fundición. Existe también una iluminación ambiental para embellecer aún más las fachadas de la iglesia y convertir el espacio público en un verdadero “espacio escénico”.

Se diseñan dos fuentes ornamentales personalizadas para la plaza. Estan construidas en granito en su perímetro, siguiendo el mismo módulo de la solería y los bancos. Y su parte interior, donde está el agua, se acabará mediante azulejos artesanales lacados a mano en color verde botella. Además poseerá un mascarón construido en granito beige desde donde se verterá el agua mediante una pieza cilíndrica de latón.

Tal como se ha indicado, se respeta la vegetación existente, a base de naranjos y palmeras, pero se acompaña con algunas especies que proyecten más sombra colocadas en lugares estratégicos. Además, existen algunos parterres a nivel del suelo siguiendo el mismo módulo, que restan dureza a la plaza y donde se pueden plantar flores de temporada u otra especie de vegetación baja, en clara referencia al espíritu de campo que originó este espacio urbano.

INTEGRACIÓN DE LOS RESTOS ARQUEOLÓGICOS

La torre de la iglesia de Nuestra Señora de la Granada es el único elemento que se conserva de la iglesia que se alzaba en la misma ubicación. Las obras de ejecución de la plaza han sacado a la luz parte de los cimientos del templo mudéjar del siglo XIV que han permitido a los arqueólogos confirmar el trazado de la primitiva iglesia, girada respecto de la actual y que seguía la alineación de la torre, esta última más pequeña y más baja en su etapa mudéjar.

Su relevancia reside en permitirnos conocer el trazado de los muros perimetrales del templo y estimar su escala. La cota y la imposibilidad de lograr una conservación con garantías han llevado a su correcta protección y su posterior tapado. Sin embargo, la huella de lo encontrado se ha trasladado a la plaza mediante el trazado de una tira de latón empotrada en la solería.

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CAN LIS. #VISITAAHAUS

¿Quién dice que marzo no es buena época para visitar las islas Baleares? Lejos del bullicio veraniego, es el momento perfecto para una #VisitaAHAUS

Hemos estado en Mallorca y visitando el sur de la isla, nos acercamos a PortoPetro a tentar a la suerte y pudimos entrar en Can Lis, la de Jorn Utzon y su esposa, donde se trasladaron a vivir después de la (tormentosa) obra de la Ópera de Sidney y que, hoy en día es considerada, una de las viviendas más importantes del siglo XX.

PREPARATIVOS PARA LA VISITA

Realmente no hicimos ningún preparativo para la visita, más allá de Googlear la ubicación y llamar a la puerta. Tuvimos mucha suerte de que tuviera esos días unos arquitectos haciendo una estancia en la casa y nos la enseñaron amablemente.

Pero el canal oficial dice que, si queréis visitar Can Lis, debéis contactar con la Fundación Utzon. Organizan visitas los viernes de verano, la entrada es gratuita y por orden de llegada. Dejan entrar a 25 personas a la vez, durante media hora.

Nosotros pudimos disfrutar de la casa en soledad. Ese rato, sentados en el salón de Can Lis, mirando al horizonte, no se puede describir con palabras.

LA HISTORIA DE CAN LIS

Can Lis (1972), obra de Jørn Utzon en Mallorca, es la casa donde se trasladó a a vivir tras dejar la obra de la Ópera de Sidney en 1966. Se trata de una casa situada en un acantilado frente al mar, cerca de Portopetro.

En un primer momento, la familia Utzon compró un terreno en las montañas (donde hoy en día se sitúa Can Feliz, otra vivienda de Utzon que no se puede visitar), pero las autoridades del momento no le dieron el permiso para construir allí. Por eso, Utzon compró esta parcela en un acantilado cerca de Portopetro.

Décadas después, acosados por las visitas, la familia abandona Can Lis y se traslada a Can Feliz. 

LA CASA

Una de las genialidades de Can Lis es la reinterpretación de una casa tradicional mallorquina, la forma de construcción y el uso de materiales locales.

La planta de Can Lis está marcada por el día a día de la familia Utzon. . Jørn Utzon siempre decía que la arquitectura no es su forma externa, sino que es esencialmente el marco que encierra una sucesión de rituales y eventos.

Fue con la ayuda de un constructor local, Jaime Vidal, como de los primeros bocetos de Utzon emergió el diseño final durante la ejecución de las obras.

La fundación Utzon compró Can Lis en 2011 y llevó a cabo una restauración de la Casa para eliminar elementos que no fueran los estrictamente originales y convertirla en el refugio de artistas y arquitectos que es hoy.

El uso de estos huecos abocinados en el salón y los dormitorios le da, a los tres pabellones situados a la izquierda de la entrada un carácter de estancias principales, donde se llevan a cabo los rituales más sagrados de la vida en familia. No los verás en la zona de la cocina, los baños o el patio.

El mobiliario es muy sobrio, casi inexistente.

En general, se respira paz.

“Ser arquitecto significa tener una fantástica profesión. Para mí ha sido un regalo del cielo”. (UTZON)

PARQUES URBANOS

La generación de los parques urbanos suele ser fruto de una labor urbanística “de despacho”. Se deciden qué áreas se desarrollan para residencial, terciarios y equipamientos y cuál es el mejor trazado para los viarios. Para ello se analizan las expectativas de crecimiento demográfico, la ubicación de los hitos que generan los asentamientos poblacionales y muchos factores más que forman parte del urbanismo.

Sin embargo, en ocasiones es la propia orografía, antiguas infraestructuras olvidadas y en desuso o un clamor popular los que generan los nuevos espacios verdes. Así pues, nos vamos a centrar en 3 de esos casos.

Por orden cronológico, y más cercano a nosotros, vamos a hablar del Jardín del Turia en Valencia. Tras la riada de 1957 que causó importantísimos daños materiales y personales en Valencia, se decidió desviar el cauce del Turia al sur de la ciudad, liberando el cauce que atraviesa la ciudad de Oeste a Este.

En aquellos años se plantearon muchas opciones que pasaban en su mayoría por aprovechar ese espacio como gran eje de comunicaciones de la ciudad, con la ejecución de autopistas y otros medios de transporte. Fue el movimiento popular “El cauce del Turia es nuestro y lo queremos verde” el que consiguió revertir los planes y convertirlo en un lugar de ocio y naturaleza.

En la actualidad ocupa 136 ha y está previsto su ampliación hasta las 160,5 ha con la finalización del parque de Desembocadura. Tiene una anchura media de 160 m y cuando se termine el último tramo llegará a los 10 km. Su trazado une la Ciudad de las Artes y las Ciencias con el Bioparc Valencia. Un recorrido lineal que favorece el uso del parque por parte de toda la ciudad

En su diseño intervinieron varios equipos: Ricardo Bofill diseñó la zona próxima al Palau de la Música con naranjos y palmeras; Vetges Tú-Mediterrania diseñó el tramo desde la Casa del Agua hasta Nuevo Centro, incorporando instalaciones deportivas y fuentes. Por último la Consellería de Agricultura diseñó el “Bosque Urbano”, realizándose con posterioridad el jardín de Gulliver.

Fuera de España, uno de los mayores exponente es la Highline Park de New York que ocupa la antigua infraestructura ferroviaria de la New York Central Railroad que discurre elevada sobre las calles de Nueva York.

Este tren transportaba mercancías entre las fábricas y almacenes del oeste de Manhattan, una zona muy industrializada. Con la llegada de los camiones, el ferrocarril cayó en desuso y las vías fueron abandonadas. En los años 90 la ciudad decidió derribarla para construir pero nuevamente un grupo de vecinos de Chelsea luchó para convertirlas en un parque público.

Su movimiento tuvo éxito y el 2009 se inauguró la High Line Park, con un recorrido de 2,33 km sobre los distritos de Meatpacking District, Chelsea y Hudson Yards. El trazado se acompaña de flores, árboles y exposiciones temporales de arte.

El proyecto fue realizado por un equipo multidisciplinar: James Corner Field Operations, Diller Scofidio+Renfro y Piet Oudolf. En este caso, la actuación de recuperación de las vías ha tenido un efecto secundario en la regeneración de las zonas aledañas a las mismas, que han visto incrementados sus precios.

Por último, tenemos un caso reciente a imagen y semejanza de Nueva York: Camden Highline. Con el objetivo de convertir las vías de ferrocarril en desuso, de nuevo James Corner Field Operations y Piet Oudolf, acompañados, en este caso, del estudio londinense vPPR se vuelcan para materializar este proyecto.

Con una longitud total de 1,2 km comprende tres fases y cada una tendrá un carácter diferente, respondiendo a los distintos barrios y contextos. La idea es generar un corredor de biodiversidad y que ofrezca un servicio comunitario.

La iniciativa comenzó como una campaña de crowdfunding y continúa recaudando fondos y buscando importantes donantes que hagan posible la ejecución del primer tramo que tendrá un coste estimado de 14 millones de libras esterlinas.

Al igual que en Nueva York, se plantarán especies típicas de espacios ferroviarios que se combinarán con especies hortícolas más seleccionadas. Oudolf se ha inspirado en bosques, jardines productivos, praderas y antiguos setos británicos.

Se prevé la inauguración de la fase inicial en 2025.

 

En AHAUS somos fieles defensores de dar una segunda vida a los edificios; vemos en estos proyectos una gran sensibilidad y concienciación social con nuestro patrimonio sabiendo dotar de utilidad a las infraestructuras abandonadas. La correcta integración de estos proyectos sirve para regenerar los espacios colindantes que en muchos casos eran zonas muy degradadas.

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VILLA SAVOYE DE LE CORBUSIER. #VISITAAHAUS

Hemos estado en la Villa Savoye y esto es todo lo que necesitas saber si quieres visitarla.

Hace unos meses, volvimos a hacer una de las cosas que más nos gusta, una #VisitaAhaus. Nos desplazamos a París y dedicamos una mañana a conocer uno de los grandes iconos de la arquitectura del siglo XX: La Villa Savoye de Le Corbusier. Si estás pensando en viajar en las fiestas, te contamos lo que necesitas saber si quieres visitarla: localización, transporte, precio, etc.

PREPARATIVOS PARA LA VISITA

Si estás pensando visitar la casa te recomendamos que lo organices con tiempo ya que, aunque podrías comprar la entrada sobre la marcha, es recomendable tener una reserva con la hora de entrada.

Las entradas se pueden comprar online a través de esta página web. Nosotros las compramos con un par de días antes de la visita, así que no requiere demasiada antelación.

El vídeo explicativo que verás al principio de la visita (en el garaje de la vivienda) tiene el audio en francés, subtitulado al inglés.

Es recomendable contar como mínimo con dos horas para la visita.

LOCALIZACIÓN Y TRANSPORTE: CÓMO IR

La Villa Savoye se encuentra en el numero 82 de la rue de Villiers, en Poissy, una zona residencial,  a unos 30 km del centro de París. Tardarás una hora en llegar tanto si decides ir en coche como si usas el transporte público. Como aprovechamos un viaje a París para ir a conocerla, utilizamos el  tren de cercanías RER A hasta la estación de Poissy y de allí, fuimos dando un paseo. No es el paseo más bonito del mundo, pero la llegada a la casa merecerá la pena.

PRECIO Y ACCESO A LA CASA

Hay una entrada general sin guía que cuesta unos 8€ y hay una entrada gratuita para menores de 18 años y estudiantes. Es obligatorio el uso de mascarilla en el interior (al menos en el momento de nuestra visita). No hay parking ni tampoco una consigna donde puedas dejar tus pertenencias o maletas durante la visita.

Podrás acceder libremente a la parcela y descansar en la explanada de césped que rodea la vivienda, incluso aunque no tengas entrada o para esperar a que llegue la hora de tu visita.

Está permitido hacer fotos para uso personal durante todo el recorrido. Es más, creemos que no verás a nadie que no esté fotografiando cada rincón de la casa. La mayoría de ellos seguramente serán estudiantes de arquitectura o arquitectos babeando.

HISTORIA DE LA VILLA SAVOYE

Entre 1929 y 1931, Le Corbusier y Pierre Jeanneret construyen esta villa por encargo de los Savoye para que fuera su casa de vacaciones y que acabó convirtiéndose en el manifiesto de los 5 puntos para una nueva arquitectura que son el resumen de su teoría arquitectónica: pilotis, fachada libre, ventanas corridas, planta libre y terraza-jardín.

Durante la II Guerra Mundial la villa fue ocupada y posteriormente abandonada, llegando a un grave estado de conservación. En 1958 pasa a ser propiedad municipal y posteriormente  Poissy la cederá al Estado francés para su restauración.

En 2016 la UNESCO la incluyó en la Lista de Patrimonio Mundial junto con otras 16 obras de Le Corbusier.

Le Corbusier escribiría sobre ella “Es una verdadera promenade architectural”. Al entrar “el espectáculo arquitectónico es inmediatamente perceptible; se sigue un recorrido, y las variadas perspectivas se suceden una tras otra; jugamos con la afluencia de la luz, iluminando muros o creando sombras”.

EL EXTERIOR DE LA VILLA SAVOYE

Esta “caja en el aire” como la llamaba su creador se encuentra al fondo de la parcela.

Lo primero que nos encontramos al entrar en la parcela es La Casa del Jardinero, prototipo de una vivienda unifamiliar mínima, diseñada por Le Corbusier para una familia de 3 personas, con el espacio totalmente optimizado con muebles integrados, agua corriente y electricidad (éstas últimas una auténtica modernidad para la época).

No la pudimos visitar por estar en reformas. Aun así, sabemos que tiene 45 m2 e incluye, en planta baja, una pequeña habitación y un lavadero/ducha y, en la planta superior, un dormitorio separado de la cocina por un armario, la sala de estar, un dormitorio individual y un aseo.

Al fondo del camino, la primera impresión de la casa es su fachada sureste. Geométrica y depurada, esta fachada es la encarnación del Movimiento Moderno.

En el lado opuesto, en la fachada noroeste se encuentra la entrada principal. Los pilotis mantienen la primera planta prácticamente suspendida, y su horizontalidad se ve acentuada por la ventana corrida. Los muros de la última planta son semiesféricos, así el arquitecto dinamiza su fachada y le da un carácter único.

LA VILLA POR ESTANCIAS

El camino de grava, bordeado de rosales, servía para la entrada de coches de la familia Savoye y será el que nos conduzca a la vivienda. La planta baja se curva para facilitar el giro de los vehículos.

La visita interior comienza desde la entrada principal. Una mampara vidriada ilumina el hall. El vestíbulo, muy luminoso, es el propio de una casa burguesa, con una puerta doble para los propietarios y visitas y una simple puerta lateral para el servicio cerca de la escalera.

A la derecha de la entrada principal se sitúa un pequeño mostrador para enseñar el ticket con la entrada. Por una pequeña puerta te guiarán hacia el garaje para ver el video introductorio de la visita. El garaje, ahora vacío, podía recibir tres coches aparcados en espiga. Ciertamente no es el mejor lugar para empezar la visita, porque distorsiona la experiencia del paseo arquitectónico buscado por Le Corbusier con su diseño.

El resto de la planta baja lo ocupan dos habitaciones para el servicio, equipadas cada una con lavabo y radiador; el lavadero con dos grandes pilas de hormigón en bruto, y el estudio del chófer que incluía, además del dormitorio, un baño y una sala de estar en relación con el garaje.

Es sorprendente la luz que tiene el lavadero, con un gran ventanal hacia el suereste, que funciona también como un jardín de invierno. El estudio del chófer no se puede visitar.

De vuelta al vestíbulo encontramos los dos elementos principales que nos acompañarán durante toda la visita: la escalera de caracol y la rampa.

La escalera es del tipo de caracol y conecta todas las plantas de la vivienda. Su uso estaba reservado al servicio de la casa pero Le Corbusier en lugar de esconderla, la destaca, como si fuera una escultura de hormigón armado.

La rampa, reservada para los Savoye y sus invitados, es el alma de la vivienda, es lo que te permite deambular mientras asciendes. Libera la mirada del visitante y permite disfrutar de los puntos de vista sobre los volúmenes y los juegos de la luz. También podrás pararte a ver el escaso cariño en su conservación (ay!).

La rampa te conducirá a la zona noble de la planta primera y a las terrazas de la cubierta.

El salón de la villa Savoye sorprende por sus 86 m2. Tiene un gran ventanal corredero orientado al sureste que da a la terraza-jardín y sus paredes son de colores. Le Corbusier creía firmemente que los colores afectaban al estado de ánimo de los usuarios y ayudaban a crear atmósferas. Aunque hoy visitamos la vivienda sin muebles añadidos, tal y como el arquitecto la entregó a sus propietarios y en el salón sólo vemos la chimenea, sabemos que los Savoye colocaron el comedor cerca de la pared azul y el salón junto a la pared rosa.

Junto al salón se dispone la cocina, a la que se accede a través de la despensa y que está equipada con alacenas y pasaplatos. Da la sensación, por el alicatado blanco de las encimeras y muebles, de ser un laboratorio y no es el único principio higiénico de la casa.

En la fachada opuesta, y con la misma orientación que el ventanal del salón, se dispone el dormitorio principal y el del hijo. 

El dormitorio principal ocupa una zona de 60 m2 y está formado por una entrada, el baño, la zona del dormitorio y pequeño despacho (o boudoir) con una mesa ingrada bajo la ventana y vistas hacia la terraza-jardín. La posición de la cama está “sugerida” por dos pilares que estarían enmarcando el cabecero y el baño es de inspiración oriental y solo se separa de la habitación por una cortina. El diván alicatado, que es la pieza que llama más la atención del baño, recuerda a la butaca LC4 diseñada por Le Corbusier, Charlotte Perriand y Pierre Jeanneret.

El dormitorio para el hijo de los Savoye, tiene un espacio para dormir, un baño con dos puertas (para que accediera tanto él como sus amigos) y una zona de estudio con una mesa de hormigón. El espacio es estrecho, pero la luz es magnífica y me habría quedado a vivir allí. Estuvimos mucho tiempo ahí, lo reconozco. 

Existe un tercer dormitorio para invitados, con un armario integrado y que separa el suelo de parquet del dormitorio del baño alicatado. Los baños se iluminan cenitalmente a través de lucernarios que nos encotraremos más adelante en la cubierta.

LOS ESPACIOS EXTERIORES

Junto al final de la rampa que nos conduce a la planta primera hay una puerta que nos conduce de la terraza-jardín. Es un jardín en azotea que tiene una parte cubierta (protegida del viento y de la lluvia) y otra al aire libre, con una mesa como mobiliario integrado.

Las aberturas rectangulares de los muros perimetrales, continuación de las ventanas corridas, enmarcan las vistas al paisaje.

Dos jardineras de hormigón ocultan los lucernarios del garaje y aportan verdor al jardín. En teoría, la junta entre el pavimento debería servir para que creciera el verde pero, en la época de nuestra visita, ese efecto no se conseguía.

La rampa y la escalera continúan su ascenso hasta la segunda planta o solárium. Se podría decir que su arquitectura recuerda el estilo aerodinámico (estilo derivado del art decó y que incorpora elementos náuticos como ojos de buey, barandas, etc.). Los muros que sirven para cortar el viento, recuerdan chimeneas de barcos.

El hueco en el muro, en el eje de la rampa, es la conclusión de la promenade que ofrece, como un cuadro, la contemplación del espectáculo en el valle del Sena.

CURIOSIDADES Y RECOMENDACIONES FINALES

Villa Savoye es la última de la serie de doce villas puristas creadas por Le Corbusier entre 1922 y 1931. Encarna lo esencial de su pensamiento sobre la arquitectura moderna: ausencia de ornamentos, formas geométricas y el uso del hormigón armado y el vidrio.

¿Sabías que además de no esconder la escalera de servicio, Le Corbusier colocó un lavabo  de pie en el vestíbulo de la vivienda? Los principios higiénicos van de la mano de la arquitectura moderna. Está solo, de pie, como una escultura. Es una ubicación radical, ya que no se encuentra en una estancia sanitaria, sino en la entrada, el espacio donde se recibe a los visitantes.

Aunque en la versión de proyecto, el lavabo estaba un poco más oculto, en la versión construida, el lavabo se ubica alineado con los pilares centrales que bordean la rampa mientras que la escalera ocupa su antiguo emplazamiento. Este objeto industrial adquiere un estatus casi religioso, como una fuente de agua sagrada, convirtiéndose en paso obligado al principio del recorrido de la villa. El paso de la pandemia de la Covid-19 por nuestras vidas le dan una nueva dimensión a este lavabo en la entrada de una vivienda.

Villa Savoye es una verdadera joya y tras la visita entiendes por qué es tan especial. Su diseño sigue resultando completamente actual a pesar de sus casi 100 años de vida.

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LA PLAZA DEL PESCADO

El centro histórico de Moguer es Conjunto Histórico y Sitio Histórico por pertenecer a los Lugares Colombinos. Dentro de la Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible Integrado “Moguer 2020” (EDUSI), el Ayuntamiento de Moguer pretende llevar a cabo la recuperación del antiguo Mercado de Abastos y su entorno inmediato, regenerando el tejido urbano y revitalizando el mercado municipal y aledaños.

EL MERCADO Y SU ENTORNO

El mercado municipal es un edifico de dos plantas edificado aproximadamente en 1960. Anexo a él, se alza el edificio de las cámaras frigoríficas, una construcción de una planta que pudiera ser del s. XIX.

Este conjunto edificado, pese a su céntrica localización, genera en su entorno un espacio degradado debido a su inadecuada integración en la trama y el paisaje urbanos. Ocupa una apertura de la manzana donde se asienta el ayuntamiento, apertura efectuada por la calle Diego Lozano que deja espacios marginales que habría que adecuar e incorporar a la actuación de regeneración urbana necesaria.

El ámbito de la presente actuación, incardinada en un proyecto de intervención global del entorno, sería el actual conjunto edificado formado por el edificio de mercado y las cámaras adyacentes. Posteriormente se intervendrá en su entorno inmediato: la calle y plazoleta de Diego Lozano, desde la calle Obispo Infante a la calle Mercado, y su zona de influencia en calle Mercado.

EL MERCADO HOY

El actual mercado y las cámaras frigoríficas se sitúan sobre un solar con una superficie de 597 m². El Mercado se desarrolla en dos plantas y una azotea no transitable. El edificio de cámaras frigoríficas se desarrolla en una sola planta de altura y se encuentra anexado al edificio principal de mercado.

Ligado al espacio del mercado está el tramo colindante de la calle Mercado y la calle/plazuela de Diego Lozano, espacios que se integrarán funcionalmente con la actuación y que supone otros 700 m².

El edificio del mercado dispone de dos plantas; la planta baja se dedica a mercado mientras que la planta alta se destina a asociaciones. Sobre esta segunda planta aparece un gran volumen central con lucernario a dos aguas, alrededor de este volumen aparece también una terraza perimetral no transitable al aire libre. Esta planta se podría entender como una tercera planta construida dado el impacto visual que genera.

Mercado-Maquetaestadoprevio Mercado-Maquetareformado

REGENERACIÓN URBANA

Con este proyecto se pretende recuperar un área residencial degradada y revitalizarla con actividades económicas y dotacionales adecuadas a las necesidades actuales.

Se plantea una remodelación urbana que mejore las relaciones de la edificación con su entorno, mediante la rehabilitación integral del conjunto de la edificación constituida por el mercado y las cámaras y la nueva ordenación de los espacios colindantes de las calles Mercado y Diego Lozano. Se mantienen las alineaciones existentes y la altura máxima que es de dos plantas con salida a una terraza con castillete de acceso e instalaciones.

Se propone el vaciado de ambos edificios (mercado y cámaras) y la reconstrucción en su interior de un nuevo edificio de dos plantas más terraza, que dará  respuesta al programa funcional y a su integración con el entorno, al diferente carácter de los dos inmuebles que ocupa (mercado de s. XX y cámaras del s. XIX) y al contacto o proximidad con los edificios inmediatos.

La dificultad de la intervención radica en la necesidad de conservar, mejorar y potenciar las bondades del sistema constructivo utilizado, su organización espacial y su lenguaje urbano. Para ello se redistribuyen los metros actuales de forma que se pueda elevar una planta las edificaciones de borde que conectan con la trama urbana circundante, alineando las alturas en la calle Mercado y la plazuela de Diego Lozano.

Así se consigue liberar la cubierta y mejorar las vistas de la Torre, recuperando un espacio secundario y convirtiéndolo en la culminación de los usos del edificio.

EL NUEVO MERCADO

La propuesta busca potenciar el orden estructural y espacial original transmitido a través de cuatro “torres” en las esquinas, conectadas por huecos alargados horizontalmente. Se acentúan aún más esas “torres”, elevando los dos volúmenes extremos una planta y transformando los huecos horizontales en verticales de mayor superficie, para mejorar la iluminación y ventilación interior, y conectando los espacios interiores y exteriores, recuperando el espíritu de espacio abierto del antiguo mercado que existía antes de la construcción del actual. Se trataba de un espacio cubierto con estructura metálica pero abierto en todo su perímetro.

Exteriormente el edifico se mostrará enfoscado y pintado en color blanco, con zócalos de piedra caliza, creando una fachada uniforme y acorde con el entorno. Se colocarán carpinterías en tonos oscuros y sin cerrajería exterior.

El interior irá acabado con materiales y terminaciones en colores claros, que provoque un espacio neutro e iluminado en el que serán los propios productos del mercado, las personas y el mobiliario los que aporten color al edificio. Como único punto de color de la propuesta se plantea que los lucernarios-chimeneas de ventilación, situados en la cubierta vayan forradas en su interior mediante paneles metálicos con los colores de la bandera de Moguer (azul y amarillo) haciendo un guiño al carácter municipal del edificio.

EL MERCADO RESULTANTE

La planta baja del edificio resultante se dedicará al uso original de mercado, incluyendo también puestos de restauración. La planta primera se destina a escuela de hostelería, un uso vinculado directamente a la planta baja. Se plantea la extensión del uso de restauración a la azotea del conjunto y a la plazuela anexa al edificio.

Los parámetros tipológicos y formales de la nueva edificación respetan los propios del Conjunto histórico, mejorando asimismo la relación de la edificación con su entorno más inmediato, su accesibilidad y con la incorporación de materiales y acabados más acordes al lugar donde se ubica y a la singularidad de los usos a los que se destina.

Puedes ver toda la propuesta aquí.

LAS DOS ESCUELAS

Desde AHAUS no escondemos que sentimos debilidad por la arquitectura de Álvaro Siza y por la conocida como Escola do Porto, conformada por arquitectos como Aires Mateus, Fernando Távora o Souto de Moura entre otros.

Los caracteriza su defensa del dibujo como elemento básico del proyecto y la continuidad de lo moderno como un valor cultural a preservar. Se trata de un racionalismo continuador de las propuestas de los italianos Tendenza, de esta forma sus obras evolucionan hacia un purismo formal que reivindica los valores de los maestros del movimiento moderno.

En contrapunto a la Escuela de Oporto encontramos otra manera de entender la arquitectura, la Escuela de Lisboa. Surge de esta manera una escisión entre dos formas de ver la arquitectura, en la Escuela de Lisboa se desarrolla un rechazo a la seriedad y al espíritu del movimiento moderno. Son defensores del placer, la moda y la experimentación innovadora con colores y materiales, estando fuertemente influenciados por las distintas tendencias de la postmodernidad. Su representante más destacado es Tomás Taveira.

En una de nuestras visitas al Algarve conocimos los edificios de apartamentos de la Marina de Albufeira, obra de Tomás Taveira. Gracias a (o por culpa de esos) edificios nos hemos visto obligados a profundizar en “las dos arquitecturas portuguesas”. Edificios llamativos desde la distancia por sus coloridas fachadas de tonos pastel. Aunque no reserva el uso del color para el ámbito doméstico, el estadio de fútbol de Aveiro, el Estadio José Alvalade en Lisboa o el Estadio Maglhães Pessoa en Leiria, comparten el uso indiscriminado del color.

Este uso estridente, exuberante y desenfadado del color se interpreta en un contexto de provocación frente a las posturas arquitectónicas conservadoras, Taveira califica su arquitectura como una “gradual renuncia al “puritanismo”, abrazando el colorido y la diversidad”. Sus edificios resultan en ocasiones desconcertantes y en apariencia no se vinculan con el paisaje circundante. El complejo de oficinas y centro comercial de Amoreiras tiene un lenguaje que mezcla la tendencia pop del postmodernismo, la manipulación de los estilos históricos y la utilización del color como forma de impacto. El conjunto crea su propia identidad, al margen del entorno de edificios blancos.

El empleo de colores tan contrastantes, sumado a la capacidad espacial de los tonos para modificar la percepción del observador, provocan que los volúmenes construidos sean percibidos como una serie de planos independientes los unos sobre los otros, dificultando incluso la valoración de la orientación del sol y la dirección de las sombras arrojadas. De esta forma el conjunto edificado construye un paisaje propio que llama la atención sobre sí mismo y se desvincula del contexto.

Tras sus proyectos se puede ver la influencia de otros arquitectos: M. Graves, J. Stirling o Ricardo Bofill como base de un lienzo que Taveira ha terminado de pintar con un estilo propio. Ni Graves, Stirling o Bofill abusaron de la paleta cromática, más bien utilizaban el color como forma de enfatizar ciertas cualidades de su arquitectura o complemento de la misma.

En la obra de Taveira el color devora su arquitectura y nos impide emitir una opinión sobre si es una buena o mala arquitectura, podemos decir que “el color no nos deja ver el dibujo”.

IMAGEN 01_SIZA. Capela do Monte. Portugal.

IMAGEN 02_AIRES MATEUS. Centro de reuniones en Grândola. Portugal.

IMAGEN 03_TOMAS TAVEIRA. Estación de metro Olaias. Lisboa. Portugal.

IMAGEN 04_TOMAS TAVEIRA. Estadio de Aveiro. Portugal.

IMAGEN 05_TOMAS TAVEIRA. Edificio Amoreiras. Lisboa. Portugal.

IMAGEN 06_TOMAS TAVEIRA. Marina de Albufeira. Portugal.

IMAGEN 07_MICHAEL GRAVES. Colegio St Coletta of Greater. Washington. Estados Unidos.

IMAGEN 08_RICARDO BOFILL. La muralla roja. España.

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LA CASA DE LA PARRA

Si habéis visto nuestros anteriores proyectos de vivienda sabréis que siempre hablamos de varios conceptos que aparecen como denominador comun en nuestras obras: la luz (directa o indirecta) que da sentido a las estancias, la conexión de los espacios (nos gusta que el exterior penetre en la casa y la casa salga al patio), el uso de materiales tradicionales (madera, piedra natural, mortero de cal) que nos traigan al presente la esencia del pasado, y el patio (siempre el patio) como centro de las miradas y de la vida de la casa.

Si los ingredientes son los mismos, os preguntaréis:

¿Qué es lo que hace a las casas diferentes entre sí?

LOS HABITANTES

Cada familia tiene unas necesidades diferentes, según su trabajo, el número de miembros que la integran o la edad de los mismos. Hay que pensar en los espacios de forma que puedan ir evolucionando a la vez que lo hace la familia.

La Casa de la Parra será el hogar de 4 personas. En el momento de diseño: un matrimonio con dos hijos pequeños, que buscan espacios amplios de juego y estudio, pero que son conscientes de las necesidades de independencia que surgirán en un futuro.

Se proyectan 3 dormitorios y un estudio. Los dormitorios incluyen zona de estudio individual para un futuro, pero el estudio puede ser utilizado en la actualidad como zona de teletrabajo de los padres incluso como sala de cine en los ratos libres.

El salón, amplio y diáfano, da salida directamente al patio que permite extender la zona de juego en las épocas del buen tiempo. La cocina integra una mesa para pasar tiempo en familia mientras se cocina y generar un punto de encuentro a la hora de comer.

LA UBICACIÓN Y LA MORFOLOGÍA

Una vivienda aislada y otra entre medianeras exigen un tratamiento diferente desde el proyecto, al igual que sucede con la forma de la parcela. Para nosotros las parcelas irregulares suponen un reto y un mayor diálogo entre la casa y el solar donde se construye.

La Casa de la Parra agrega dos parcelas para concebir un espacio doméstico privado entre medianeras. La forma de las mismas es irregular, rematándose al fondo con un pequeño fondo de saco a una cota inferior conectado por un pequeño pasillo. Ha sido esa anomalía en el parcelario la que ha definido la ubicación del salón polivalente, de la piscina e incluso el pequeño sótano al fondo de la parcela es fruto del desnivel existente. Un diálogo directo del programa con el parcelario que no podíamos obviar.

CASA DE LA PARRA - Sección CASA DE LA PARRA - Sección constructiva

EL PATIO

Para nosotros el patio es una estancia más de la vivienda y de las más importantes, pues junto con la cocina y el salón conforma los llamados espacios públicos: los que utiliza la familia para reunirse, entre ellos o con otras personas. Lejos de ser un espacio vacío, estamos firmemente convencidos que debe ser un espacio rico en cualidades.

La Casa de la Parra se ancla a un gran patio extendido como zona de estancia y ocio. El «umbral» entendido como la transición entre el interior y el exterior está protagonizado por la parra que da nombre a la casa. Una gran pérgola que recoge la fachada del patio en toda su longitud y es el soporte de la parra que da verdor, frescor y sombra a la casa.

Más allá de la parra está la piscina adosada a una pronunciada irregularidad de la medianera, y la barbacoa. Ésta se diseña desde el proyecto para crear un elemento único e integrado, que lejos de ser un elemento de uso puntual, se concibe como un punto de reunión y que se remata con un gran banco para charlar mientras se asa la comida. 

EL ENTORNO

Si ya hemos hablado de los habitantes, de la ubicación y la morfología y por supuesto del patio, ¿qué nos falta?: El entorno.

El entorno entendido como la localidad o zona dentro de la localidad, que rodea a la vivienda. Las otras casas, su  estética, su historia, su cultura… Sin el entorno una casa no se entiende. Es el entorno el que genera su fachada, ya sea por integración o por diferenciación. 

La Casa de la Parra se ubica en un entorno diverso, aparentemente homogéneo, rodeado de viviendas de una o dos plantas de carácter rural, pero que tras un análisis profundo nos devuelve una imagen diferente. Las viviendas circundantes han ido sufriendo pequeños cambios que han ido desvirtuando su carácter tradicional y ha cortado el hilo temporal que permite entender la evolución de la ciudad.

La Casa se abstrae de esas actuaciones y se mueve atrás en el tiempo hasta recuperar los orígenes: fachadas blancas, de ritmos verticales, y pretil de remate que oculta la cubierta de tejas a dos aguas, al modo de las casas señoriales.

El acceso a la vivienda se sitúa descentrado, en este caso por exigencias de la pronunciada pendiente descendente de la calle, y focaliza las miradas recuperando un elemento típico: el ventanuco de ventilación de los «doblaos» de la zona. Aquí se trata de una apertura que permite la entrada de luz en el zaguán, iluminándolo aún cuando la puerta se encuentra cerrada. La puerta se enmarca con un recrecido al modo de las portadas antiguas. La blancura del encalado solo se ve alterada por la aparición de un zócalo de protección de mármol blanco que tiene su réplica en la tira de mármol que decora y remata el pretil.

La cerrajería rebusca en la tradición y recupera las rejas de barrotes redondos, pletinas y líneas simples que no eclipsen la belleza de las líneas puras.

La chimenea de la casa adquiere una nueva funcionalidad. Su carácter dominante visualmente esconde una doble función: por un lado equilibra la cubierta al contar con una gran potencia visual frente al gran paño de teja y por otro lado, recoge las antiestéticas instalaciones de climatización que plagan los tejados de las ciudades. Es así como aparece un tiro alargado que emerge del faldón acaparando las miradas desde el patio.

LOS MATERIALES

Como sucede en la mayoría de las viviendas andaluzas, los grandes paños encalados adquieren el máximo protagonismo. En la Casa de la Parra conviven con el zócalo de mármol hacia la calle y con remates en piedra caliza en el patio. Solería de gres de gran formato colocados en el interior dan la sensación de amplitud por la reducción del número de juntas entre piezas y las puertas de madera natural aportan equilibrio y calidez.

El punto de vegetación lo aportan la parra en la pérgola y el arriate que circunda el patio, acompañando sin interferir en su día a día.

Es sorprendente que, utilizando los mismos materiales se puedan obtener diferentes resultados.

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¿CUÁL ES TU OBRA FAVORITA? 3/3

Después de ver los videos de Stepien y Barnó en los que un grupo de arquitectos hablan de sus obras favoritas, nos quedamos con muchas ganas de ver imágenes de todas esas obras y saber un poco más de ellas, y nos consta que no solo nos pasó a nosotros… Interesante por descubrir obras no tan conocidas y la visión personal de cada arquitecto en relación a ellas.

Hoy repasamos las obras favoritas de FERMÍN BLANCO, MANUEL SAGA MARÍA JESÚS GONZÁLEZ . Os invitamos a descubrirlas con nosotros.

Se trata de un elemento estructural singular con forma de paraguas invertido y planta octogonal, con un único apoyo en el centro de la estructura. Su diámetro llega a los 40 m y cubre una superficie aproximada de 1.250 m2. Estas grandes dimensiones, unidas al sistema constructivo empleado, hacen de este elemento una estructura única en el mundo