ESPACIO SANTA FE es la propuesta presentada por AHAUS arquitectos junto al arquitecto José Álvarez Checa al concurso público licitado por el Ayuntamiento de Huelva. El objetivo era rehabilitar el antiguo mercado de Santa Fe (Huelva), declarado B.I.C., y su entorno inmediato. Esta propuesta obtuvo el segundo premio.
Se trataba de consolidar los elementos estructurales para asegurar la estabilidad del edificio y frenar su deterioro y, por otro lado, rehabilitar el interior dotándolo de un nuevo uso multicultural, poniendo en valor las características arquitectónicas del edificio.
LA IMPORTANCIA DEL EDIFICIO
El antiguo mercado de Santa Fe es un ejemplo de arquitectura industrial de vidrio y hierro. Es un edificio único, de planta cuadrada concéntrica y cubierta resuelta mediante estructura metálica de tipo Polonceau, a lo que hay que sumar sus destacadas fachadas de fábrica de ladrillo con lenguaje historicista.
Cualquier intervención que se realizara en él debía permitir la percepción del patio central como espacio unitario, y el entendimiento de su configuración originaria como mercado cubierto característico del siglo XIX.
A la hora de diseñar el edificio, el arquitecto Manuel Pérez quiso crear un espacio cubierto diáfano solo interrumpido por las columnas de fundición, de una esbeltez que las hacía casi invisibles. La originalidad del proyecto está en utilizar el sistema Polonceau, inicialmente pensado para cubiertas a dos aguas, a un edificio más complejo, a cuatro aguas y distintas alturas. Diseñó el edificio con la máxima luz que le permitía esta técnica: 25 m.
Ésta decisión convierte al Mercado de Santa Fe en un ejemplar único. No existe ningún otro mercado de planta cuadrada concéntrica y cubierto que utilice únicamente cerchas Polonceau.
EL ENTORNO
Las fuertes diferencias de cotas del enclave donde se encuentra el mercado, hace que la percepción que tenemos del edificio varíe cuando nos desplazamos alrededor del mismo. Desde la iglesia de San Pedro se tiene una visión casi aérea de la cubierta, convirtiéndose ésta en una quinta fachada que así debe ser tratada.
La fachada principal del edificio se encuentra en el Paseo Santa Fe, espacio peatonal y de esparcimiento tradicional en la ciudad y que une visualmente al edificio con el entorno de la Iglesia de San Pedro. Otras dos fachadas dan a calles peatonales (dando la trasera a la plaza Dos de Mayo) y la restante a un viario rodado.
La contundente formalidad como prisma cuadrado y simétrico, nos induce a ser limpios, desde el punto de vista formal, en nuestra propuesta de cómo deben ser los espacios que rodean al B.I.C.
Para la protección, tanto del mercado como del entorno de la Iglesia, proponemos la peatonalización de la calle Daoiz. Para ello, se estudia la desviación del tráfico rodado hacia rondas más alejadas del casco histórico.
Planteamos la continuidad de los materiales existentes en el Paseo Santa Fe, como son el ladrillo Klinker en tonos rojizos y marrones y las bandas de granito de su pavimento alrededor del mercado, conformando un plano continuo que, marcando unos ritmos a partir de la composición geométrica que tienen las fachadas del edificio, se despliegan por las calles laterales conectando el Paseo con todo el entorno del Mercado para que los espacios tengan una lectura de conjunto único.
Se limpia visualmente la Plaza Dos de Mayo, aumentando el número de palmeras washingtonias y respetando el ficus y el gran ciprés del encuentro con la calle Aragón. Al mismo tiempo que, dado el porte alcanzado por la arboleda del entorno, se conservan las tipuanas y cipreses junto al muro de San Pedro y las calles Daoiz y Velarde.
LA REHABILITACIÓN Y PROGRAMA PROPUESTO
Podríamos descomponer conceptualmente el edificio en dos elementos: un muro-fachada (que nos habla de la contundencia y fortaleza del prisma construido) y la cubierta de cerchas metálicas (que resuelve con ligereza la gran luz del espacio central cubierto). Estos dos elementos son los que hay rehabilitar, de forma respetuosa, y ponerlos en valor ya que son los que conforman el espacio central.
Proponemos demoler las construcciones existentes en el interior (y que no forman parte del diseño original del mercado) para hacer diáfano el espacio en toda la planta baja, con acceso por las cuatro caras del edificio y sólo interrumpido por las finas columnas de fundición del sistema Polonceau.
Alrededor de este espacio central y a una cota elevada, se establecen cuatro grandes piezas cerradas que den albergue a las futuras actividades culturales (aulas de cualquier tipo, administración, biblioteca, ludoteca, etc.). Estas piezas funcionan como contenedores susceptibles de subdividirse o conectarse según las necesidades futuras. Estos elementos se elevan sobre pilares metálicos HEB y vigas BOYD con el fin de no invadir la planta baja y permitir la puesta en juego de la misma.
El semisótano abovedado existente se dedica a un pequeño salón de actos en su zona izquierda y cafetería en la zona derecha, con acceso directo la plaza Dos de Mayo.
Se establecen dos núcleos de ascensores y aseos en la entrada por la plaza Dos de Mayo, de tal forma que se conectan las tres plantas y se establecen otros dos núcleos de escaleras en la entrada por Paseo de Santa Fe.
LA FACHADA
La gran potencia visual que tienen las fachadas del edificio nos lleva a devolverlas a su estado primitivo. En las esquinas se quiebra el ritmo de composición de huecos con la aparición de huecos alargados y circulares, transfiriendo esa fuerza de la que hablábamos al prisma constructivo. Por eso, la intervención en esta zona de las fachadas es devolver a su estado original las esquinas del mismo, restaurando el orden arquitectónico de las mismas.
Planteamos la apertura de huecos limpios en la trama central compositiva de la fachada, para la iluminación de la planta baja sin perder la composición de huecos exteriores. Esto es fundamental para la puesta en uso de los espacios interiores con las condiciones de habitabilidad que demanda el s.XXI.
Y por otro lado, se hace necesario el cierre de aquellos huecos abiertos en los últimos días de vida activa del edificio, y que han supuesto un fuerte deterioro en el mismo.
La última actuación en las fachadas son las aperturas de los cuatro accesos al edificio, uno por cada calle circundante. Estos accesos se realizan mediante escaleras y rampas de granito para garantizar la accesibilidad para personas con movilidad reducida desde cualquiera de las calles adyacentes.
LA CUBIERTA
Se mantiene la estructura existente después de limpiarla, sanearla y reparar o sustituir algunos elementos por su mal estado de conservación.
Los paños del recubrimiento actual de fibrocemento y chapa metálica deberán ser sustituidos por una nueva cubierta que no aumente el peso de ésta y que aísle térmicamente.
La nueva cubierta se resuelve con paneles sándwich con acabado exterior de chapa de zinc a junta alzada en los dos primeros niveles y con vidrio Optisol fotovoltaico en el lucernario central. Las correas de madera de la cubierta inferior, en mal estado por humedad y el ataque de agentes xilófagos, se desmontan y eliminan, y se apoyan los paneles sándwich directamente sobre las correas metálicas existentes.
El cambio de material de cobertura del edificio es la oportunidad para resolver algunos problemas detectados en el edificio, tales como la recogida y evacuación de las aguas pluviales que causan un gran deterioro en la cabecera alta del muro.
REHABILITACIÓN ENERGÉTICA
Las condiciones de confort térmico interior en Huelva se consiguen aprovechando la inercia térmica de los cerramientos, ventilación nocturna (sobre todo en los meses de verano) y con la correcta protección solar de los huecos. Así, aprovechando la radiación solar incidente, conseguimos estar en la zona de confort térmico el 94% del año.
Se trata de un edificio con un volumen compacto con 4 fachadas cuadradas y simétricas lo que garantiza una correcta ventilación natural cruzada de todos los espacios.
La fachada a la calle Velarde queda protegida del sol en verano por la vegetación existente y la sombra proyectada del edificio de viviendas opuesto. La fachada oeste da a la plaza Dos de Mayo. Se plantea aquí un aumento de la vegetación existente con la plantación de más arbolado para que éste actúe como defensa solar gracias al enfriamiento evaporativo que supone la vegetación.
La envolvente térmica del edificio antes de la rehabilitación energética está formado por un muro de fábrica de ladrillo de 2 pies y medio de 60 cm de espesor y con una transmitancia de 1,13 W/m2K. Se colocará un trasdosado al interior compuesto de aislamiento térmico de panel semirrígido de lana mineral de 12 cm de espesor y doble placa de yeso laminado. La transmitancia térmica del cerramiento rehabilitado pasa a ser 0,24 W/m2K.
Se garantizará en todo momento la continuidad del aislamiento con los premarcos con rotura de puente térmico de las nuevas carpinterías exteriores.
El patio central del edificio se corona con el lucernario superior practicable que permite la disipación del calor por el lucernario, cuya apertura será motorizada y con lo que se consigue una perfecta ventilación nocturna.
El sótano, al estar en contacto con el terreno, mantiene una temperatura constante a lo largo del año, siendo muy favorable con respecto a la temperatura exterior. Es lo que se conoce como “efecto cueva”. Se asegura una correcta calidad del aire interior, allí se ubican espacios de permanencia, como son el salón de actos y la cafetería para un mayor ahorro energético al ser mucho menor su demanda tanto de calefacción como de refrigeración.