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PAREADOS DOS FLORES
PAREADOS DOS FLORES son dos viviendas pareadas exentas situadas en un enclave privilegiado con vistas al mar. La primera y única premisa que tenían los propietarios era la de poder divisarlo desde los máximos puntos posibles, y esa es la idea que genera toda la casa.
Si la ubicación de cualquier proyecto es fundamental para su definición, en este caso lo es aún más; el mar se convierte en el principal foco hacia el que mira el edificio. Además, en la parcela se elevan un conjunto de pinos de gran porte que se conservarán como elementos de sombra.
Con un diseño que nos recuerda a un barco anclado en la orilla, las dos viviendas se alzan en una ladera muy pronunciada que sirve de hilo conductor para desarrollar el proyecto en varios niveles, aterrazando los espacios exteriores para maximizar las vistas.
El acceso desde la cota de la calle se realiza mediante una pasarela que nos guía a través del jardín y nos conduce hacia la puerta principal, continúa hacia la terraza y finaliza en la piscina que, situada en la cota más baja de la parcela, consigue un soleamiento óptimo e independencia respecto a la vivienda. El jardín natural aterrazado discurre entre zonas de sombra, generadas por los pinos existentes, que crean un ambiente relajado y agradable en que implantar el edificio.
Las viviendas desarrollan su programa en dos plantas. La planta baja alberga las estancias vivideras y el dormitorio principal. El salón-comedor se abre hacia la terraza buscando las vistas al mar y creando un espacio continuo y acogedor. En la planta alta se han ubicado los dormitorios de invitados buscando la privacidad, destacando la gran superficie de terraza que rodea los dormitorios a modo de mirador.

Dos Flores – Planta baja

Dos Flores – Planta primera
Si recordamos los 5 puntos de la arquitectura de Le Corbusier y miramos el edificio de nuevo, se reconoce la influencia de los mismos en la separación estructura/fachada. La fachada pasa como una piel por delante de la estructura y es recorrida por una ventana panorámica que permite la visión hacia el exterior desde cualquier punto de la casa. También tiene cierta influencia, volumétrica y conceptual, de una de las viviendas más conocidas de la historia de la Arquitectura, ´La Casa de la Cascada’ de Frank Lloyd Wright y sus grandes terrazas en voladizo. Los elementos programáticos que requieren privacidad se han adosado a la medianera entre las dos viviendas y se ha liberado la planta para que la relación interior/exterior sea algo más que una anécdota.
El basamento de las viviendas, hasta la cota de alféizar de la ventana panorámica de planta baja, se ha trasdosado de un ladrillo cara vista gris, y a partir del dintel del hueco se alza en ladrillo cara vista blanco que tiene su remate en la cubierta inclinada de cinc colocada a junta alzada que oculta las instalaciones. Coronando el conjunto, la chimenea adquiere especial protagonismo en la reminiscencia naval.
CASA SOGO
Casa Sogo se alza en una parcela cuadrada de 12×12 metros, presentando su fachada principal al este y estando ejecutada ésta mediante un juego de ritmos verticales acentuado por la aparición de aplacado en los huecos ficticios.
La configuración de la vivienda tradicional en la zona nos encamina a un patio trasero, con fachada paralela a la principal, generalmente cuadrado o rectangular. En este caso, al introducir las variables del soleamiento y la ventilación natural de las estancias, Casa Sogo avanza hacia el oeste con forma de U y el patio en forma de L se macla con la vivienda. El punto de unión de la U y la L, tal como si fuera un tetris, genera un espacio de especial importancia ya que en él se ubica la escalera de la vivienda. Siguiendo símil del tetris, la pieza de escalera es clave en la unión de lo interior y lo exterior, y dada su naturaleza y los materiales empleados se mueve en la ambigüedad del dentro/fuera. Se trata de un elemento volado y acabado en U-Glass que actúa de linterna para los espacios exteriores y de tránsito para la vivienda.
El programa se distribuye en constante contacto con el patio, la propia configuración de la vivienda en forma de U permite una futura ampliación de la misma en planta alta. Todas las estancias constan de ventilación natural, favoreciendo de esta manera el comportamiento energético del conjunto. La zona de estar-comer-cocinar se desarrolla en una sucesión de espacios cuasi continuos que generan una espacialidad a medio camino entre la calle y el patio. El garaje se diluye hacia el cuarto de bicicletas que vuelca sus vistas sobre el patio. Tal como decíamos al inicio, el patio es el germen desde el cuál nace la vivienda.
La cubierta del conjunto nos recuerda a la domus romana, se formaliza a tres aguas vertiendo hacia el patio y se cubre con teja árabe recuperada de varios derribos. Las aguas pluviales se recogerán con un sistema de canales y bajantes hasta su recogida en un “implivium” o aljible para su reutilización en el riego y limpieza del patio.
Casa Sogo nace con un presupuesto ajustado que ha condicionado tanto el diseño como la elección de materiales. Este punto, que podría considerarse un factor de coacción a la hora de desarrollar un proyecto, ha ejercido un efecto inverso y ha sido considerado como un elemento motivador. Se ha buscado la creación de espacios que favorecieran la ventilación cruzada, se han desplazado los espacios de almacenamiento en planta baja a la medianera, se han protegido las ventanas al patio de planta alta con un vuelo … todo ello con el objetivo de optimizar el rendimiento energético y disminuir la demanda de calefacción y refrigeración. La utilización en la cubierta de tejas recuperadas de derribo es una decisión fruto de la restricción, pero que contribuye a generar la personalidad de la vivienda. Porque las restricciones pueden generar áreas de mejora, y el trabajo directo con el cliente ayuda a fortalecer el desarrollo de un proyecto hasta su culminación en un edificio trabajado, pensado y consensuado: Casa Sogo.
CASA LUSA
Casa Lusa es el resultado de una labor de investigación de tradiciones, materiales y espacios que hemos llevado a cabo. Creemos que el resultado ha merecido la pena.
Se trata de una vivienda entre medianeras situada en una zona de ensanche de la ciudad. El solar posee un tamaño de 9 x 12 m y se plantea crear un cuadrado perfecto de 9×9 que servirá como base para la planta de la vivienda. En ese cuadrado se irán encajando estancias mediante modulación y mediante guías marcadas por proporciones aúreas.
Después del planteamiento en dos dimensiones pasamos a moldear el cubo de 9x9x9 metros que obtenemos al pasar a las tres dimensiones. Hacemos cortes en diagonal en la cara superior para sacar la cubierta a dos aguas, moldeamos la fachada con huecos achaflanados y en el interior empezamos a vaciar el cubo para obtener un espacio en doble altura que se relaciona con el patio que quedaría en la parte trasera de la parcela.
La fachada, con predominancia del macizo sobre el hueco, da paso a todo un interior casi continuo en planta baja que se vuelca hacia el patio de la vivienda. El salón a doble altura está diseñado para que el gran mural pintado en la cara interior del muro del patio sea visible desde la planta baja y se pueda disfrutar plenamente desde la galería situada en planta alta. La utilización de la madera de roble natural, tanto en puertas como en el revestimiento interior de la cubierta a dos aguas, dota de calidez a la vivienda y contrasta con el gran ventanal de vidrio que comunica la zona interior de vida con la zona exterior y que se encuentra protegido por un voladizo de hormigón visto.
La casa gira alrededor del salón-comedor, siendo éste un espacio acogedor que se prolonga hasta la gran cocina y que tiene la posibilidad de funcionar como un único espacio gracias a las grandes puertas correderas que dividen o conectan los espacios según la necesidad. Además de poder conectar todas estas estancias de vida interiores, la vivienda puede abrirse también al espacio exterior. De esta manera conseguimos una casa muy versátil, donde los espacios se irán conectando o dividiendo en función de la época del año y del uso que necesiten darle en cada momento.
En las fachadas emplearemos mortero de cal sin pintar, con los beneficios que sabemos que aportan estos morteros a los paramentos exteriores, liso en los grandes paramentos verticales y texturizado en los huecos achaflanados así como en el zócalo que recogerá los huecos de planta baja. Además de usar la cal por sus propiedades evidentes, queremos hacer una referencia a la arquitectura popular de los pueblos blancos, donde las casas estaban encaladas, tenían fachadas sencillas, de huecos limpios y con poco ornamento.
La cubierta tradicional a dos aguas se convierte en elemento diferenciador al estar realizada con teja esmaltada en color azul portugués, guiño inconfundible a la arquitectura lusa.
En resumen, Casa Lusa posee diseño sencillo, con referencias e interpretaciones de la arquitectura popular del lugar en el que se ubica, así como referencias a interiores nórdicos donde el uso de materiales naturales dota de calidez al espacio interior. Casa Lusa se aleja del pseudominimalismo imperante en estas fechas en las que se abusa del blanco y el negro y en el que se confude lo simple con lo sencillo.

Casa Lusa – Planta Baja

Casa Lusa – Planta Alta